Kate Fox es una antropóloga inglesa quien en su libro "Observando a los ingleses. Reglas ocultas de la conducta" describió a la sociedad británica, desde lo más profundo.
Hoy compartimos con ustedes algunas reglas de este maravilloso país, que, tal vez, debamos aprender.
La regla de las disculpas
Fox llevó a cabo un divertido experimento: chocaba contra los transeúntes por “accidente”, para ver si estos se disculpaban o no. En la mayoría de los casos sí, las personas se disculpaban por su “torpeza”.
Con cualquier tipo de contacto accidental, los ingleses piden perdón. Incluso si no fueron ellos quienes lo provocaron. Esto no quiere decir que se sientan culpables ante la situación, sino que sus disculpas forman parte de una costumbre fomentada durante la infancia.
Los ingleses siempre pedirán disculpas por cualquier razón: Disculpe, ¿Este asiento está desocupado?
Es por esto que tienen la reputación de la nación más cortés de todo el mundo.
La regla de la fila
Cualquier fila o cola inglesa la conforman personas bien formadas, que guardan distancia entre sí. Si alguien quiere meterse en ella, los ingleses no le dirán nada. No hacer drama es una de sus reglas fundamentales.
La regla de la sencillez
Los ingleses toman sus méritos con un humor ligero. Una persona engreída que ama hablar de sus logros puede provocar burlas.
Los británicos no cansarán a nadie con su conversación. En vez de interesar a la otra persona con sus logros, esperarán a que ésta muestre curiosidad por sí misma.
La regla de la humildad
Los ingleses no son menos ambiciosos que las personas de otros países, pero creen que presumir y mostrar sus ambiciones da vergüenza. No se acostumbra demostrar su estatus: ni ropa, ni la marca de auto, no deben indicar que eres superior que los demás.
La regla de privacidad
Los ingleses respetan el derecho a la privacidad. Así que es mejor no hacerles preguntas personales para evitar que se vean ofendidos.
La regla de conversar sobre el clima
El arte del “small talk” (charla pequeña) es dominada a la perfección por la sociedad británica. Se trata de conversaciones sobre temas neutrales. Estas charlas no son una tontería formal sino una forma de demostrar buena actitud hacia el interlocutor. No necesariamente debes guardar un silencio profundo al tomar el ascensor con tu vecino. ¿Por qué no hablar sobre el clima, por ejemplo?