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Cómo saber si padeces deficiencia de yodo

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El yodo es un elemento indispensable para la producción de las hormonas tiroideas; las cuales controlan el ritmo de muchas funciones del organismo. Entre éstas, la rapidez con la que se queman las calorías que consumimos y con la que late el corazón. Actividades, que integran el metabolismo del cuerpo. Debe obtenerse de los alimentos que consumimos, pues el cuerpo no es capaz de producirlo.

¿Qué sucede cuando no lo consumimos en cantidades adecuadas?

Cuando hay deficiencia de yodo sus efectos recaen en un mal funcionamiento de la tiroides, provocando:

Problemas del embarazo

Los bajos niveles de yodo están asociados a abortos espontáneos, nacimiento de niños muertos, parto prematuro y anomalías congénitas en los bebés. Asimismo, éstos tienen mayor riesgo de padecer retardo mental y problemas de crecimiento, de la audición y del habla.

 
Trastornos tiroideos como el Bocio y el hipotiroidismo

[caption id="attachment_43872" align="alignright" width="400"] Cortesía de: http://www.granma.cu/file/img/2017/02/medium/f0079783.jpg[/caption]

 Bocio:

Consiste en el agrandamiento progresivo de la tiroides, como mecanismo para compensar la demanda de hormona tiroidea. A su vez, este puede provocar nódulos. Si es grande, los pacientes pueden presentar dificultad para tragar y respirar, sobre todo, cuando están acostados.

Hipotiroidismo 

A medida que se reducen los niveles de yodo en el cuerpo, la glándula tiroides tiene dificultades para producir las hormonas, en las cantidades requeridas. En consecuencia, se produce el hipotiroidismo. Algunos de sus síntomas son:

  • Aumento de peso.
  • Retención de líquido.
  • Trastornos en los niveles sanguíneos del colesterol.
  • Cansancio y debilidad.
  • Palidez y excesiva resequedad en la piel.
  • Uñas frágiles.
  • Caída del cabello.
  • Períodos frecuentes de profunda tristeza, aunque no existan motivos para ello.
  • Estreñimiento.
  • Mucha sensibilidad al frío.

¿Cómo evitar el déficit de yodo?

Tal como ya dijimos, debido a que el cuerpo no puede producirlo, es necesario garantizar la presencia de yodo en nuestra dieta. Sin embargo, ésta dependerá de la disponibilidad de este elemento en los alimentos que ingerimos.

Una dieta que brinde el nivel adecuado de yodo, estará integrada principalmente, por:

  • Sal yodada
  • Alimentos del mar
  • Productos lácteos

 

Historia de la sal yodada

Alrededor del año 1924, por una iniciativa del gobierno estadounidense, se le empezó a añadir yodo a la sal de cocina; como mecanismo para reducir la incidencia de bocio en zonas de Estados Unidos, con suelos pobres en este elemento; tales como: los Grandes Lagos y el noroeste del Pacífico.

De esta forma, investigadores de la Universidad de Michigan, al repetir la costumbre suiza de añadir yodo a la sal de cocina, lograron disminuir drásticamente, la incidencia del bocio. Con tal resultado, esta práctica se convirtió en una norma, respaldada por instituciones como la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF.

Importante:

  • Si sospechas de algún trastorno tiroideo, acude a un médico endrocrinólogo quien, además de examinarte, te indicará una serie de exámenes sanguíneos indispensables.
  • No consumas en exceso sal, recuerda que ésta tiene efectos dañinos en tu organismo, tales como hipertensión y trastornos renales.
  • El Instituto de Medicina de los Estados Unidos ha establecido los Niveles Dietéticos Recomendados (RDA) de yodo en los adultos en 150 μg/día. Esta cantidad está contenida en un tercio de cucharadita. Sin embargo, si consumes polivitamínicos que contengan yodo, requerirás menores cantidades

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