Nuestra alimentación no está condicionada únicamente por nuestras necesidades biológicas como el hambre y la saciedad. Distintos factores como la cultura, religión, ubicación geográfica y situación económica influyen fuertemente en nuestros hábitos alimenticios. Sin embargo, unos de los elementos más importantes, son el estado anímico y las emociones.
Cuando una persona está pasando por un momento difícil o desagradable, la mayoría de las veces logra conseguir confort en la comida por la sensación de saciedad y felicidad que le produce la ingesta de alimento. De esta forma, se va desarrollando una relación con la comida, creando ideas como “el chocolate me hace feliz”, llevando a la persona a utilizar los alimentos como medio de escape.
Compartimos una infografía realizada por “Health Central”, una pequeña guía sobre las emociones y sus efectos sobre la alimentación. Se llama “alimentación emocional” a la situación en la que se encuentran las personas cuando ingieren grandes cantidades de comida como respuesta a sentimientos o emociones distintas al hambre. Según estudios recientes, el 43% de las personas comen para alterar o mejorar su humor.
Existen distintos elementos que pueden provocar la alimentación emocional, entre ellos destacan el aburrimiento, la relajación y la búsqueda de confort. Sin embargo, el más grave de ellos es la anhedonia o incapacidad para sentir placer o satisfacción, vacío que las personas suelen llenar con grandes cantidades de comida.
La tristeza puede ser fácilmente confundida con el hambre, esto ocurre por las reacciones químicas que produce la comida sobre el cerebro, alterando nuestros estados emocionales. Es importante tomar el control de nuestro cuerpo e identificar cuando realmente se está sintiendo hambre. El descuido de nuestras emociones y las cantidades de alimento que ingerimos puede producir desórdenes alimenticios, diábetes, inflamaciones cardíacas y alterar la presión sanguínea.
Lo más importante es conocer el comportamiento de nuestro cuerpo frente a distintas situaciones como el hambre o la depresión; muchas veces un vaso de agua puede eliminar la ansiedad. Es recomendable evitar saltar comidas, cuando se tiene mucha hambre es muy fácil comer desmedidamente. Para controlar los antojos, puedes conseguir alternativas saludables como té de hierbas o frutas, también es recomendable que evites comprar comida chatarra o dulces que puedan tentarte.
(Información extraída de: http://www.healthcentral.com/depression/c/458275/155186/healthcentral)
INFOGRAFÍA: La alimentación y las emociones: Nuestra alimentación no está condicionada únicamente por nuestras n… http://t.co/V0fYk86w
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Cuando la alimentación y las emociones se conectan http://t.co/yJyj65ii #Infografía
La alimentación y las emociones se conectan. Mira esta #Infografía y conoce sobre el tema http://t.co/ieTpypCG
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