A veces vemos a nuestros niños tristes, desganados y no sabemos qué les pasa, pero esto debe ser un signo de alerta para nosotros.
La Dra. Elena Pestana, gastro pediatra, explica que: "El reflujo gastroesofágico es muy frecuente en las consultas diarias en pediatría, en donde los pacientes en muchas ocasiones no tienen síntomas digestivos evidentes sino que no come, no gana peso".
El paciente no necesariamente debe tener regurgitaciones, como bien lo dice la Dra. Pestana, sino que en ocasiones las manifestaciones son digestivas y extradigestivas.
"Muchas veces pensamos que puede haber un problema endocrinológico o que el niño está manipulando a sus padres y no quiere comer, cuando en realidad es una manifestación de esta entidad", asegura la doctora.
El reflujo gastroesofágico es el paso que se produce el estómago al esógafo, que es muy desagradable y produce un proceso inflamatorio, lo que lleva como consecuencia que el paciente deje de comer, y esto conlleva a un retraso en su peso y estatura.
La Dra. Pestana explica que: "el problema puede presentarse en cualquier momento de la vida, aunque es más frecuente en pacientes menores de dos años, y en ocasiones pasa desapercibido en esta etapa, haciendo otras manifestaciones en edad escolar".
Hay que estar alertas a los síntomas que se presentan en los niños, sobre todo en los más pequeños que lo reflejan con llanto, irritabilidad, falta de apetito, falta de peso y estatura, y a veces están asociadas a infecciones respiratorias, como el asma repetitiva, y que no responden a tratamientos.
Patologías como el adenocarcinoma pueden estar asociados al reflujo gastroesofágico si no se presenta la oportuna atención, sobre todo en personas que han tenido desde pequeños este problema, aunque es a muy largo plazo.
Vomitos repetitivos, rinitis resistentes a tratamiento, asmas repetitivas, otitis media, dolores abdominales, neumonías, pueden ser otros de los síntomas por los que los niños son referidos a la consulta de la Dra. Pestana. Una vez agotado todos los recursos con sus pediatras u otorrinos tratantes toca el turno de revisar más a fondo.
Aunque no lo parezca "sí hay una conexión entre el asma y el reflujo gastroesofágico", nos dice la gastropediatria.
Recibimos algunos mensajes y llamadas la programa, entre los cuáles está el caso de Iraima González:
- Iraima: "Mi hija tiene seis años y jamás ha llegado a los veinte kilos. Ella presenta reflujo y está en su control pediátrico, con dietas, pero no engorda"
- Dra. Pestana: "Sería ideal descartar si hay algún alimento al que sea intolerante, porque una cosa es programar una dieta para que el bebé progrese y engorde, y otra para descartar alguna alergia alimentaria"
- Iraima: "De hecho desde pequeña tomó leche de soya, hasta los tres años, aunque ya toma leche normal"
- Dra. Pestana: "Posiblemente persiste en el tiempo esta primera alergia a la proteína de la leche de vaca, pues el 40% de las personas alérgicas a la leche de vaca también son alérgicos a la leche de soya, y aunque dejamos de ser intolerantes, nunca dejamos de ser alérgicos. Esto puede ser una causa del problema de peso"
La Dra. Elena explica que aunque los niños tengan un control pediártico regular "en este tipo de pacientes que no llegan a su peso adecuado se debe descartar causas digestivas, nefrológicas y endocrinas". Continúa explicando que "frecuentemente estos cuadros son por causas digestivas y por el proceso inflamatorio a nivel intestinal por alergias alimentarias que en ocasiones no dan manifestaciones evidentes, y lleva a que no haya una absorción adecuada de los nutrientes".
"El estrés y las situaciones de tensión pueden incrementar los síntomas de ardor en el estómago o en la boca del estómago", nos cuenta la Dra. Elena, "y lo de tomar un vaso de leche cuando hay dolor ya no se usa, pues existe un efecto de rebote, con la producción de más ácidos".
Esos dolores ocasionales son una evidencia de que existe algo, y de que cuando existen momentos de tensión se recrudecen, por lo que la doctora recomienda consultar a un gastroenterólogo.
Las bebidas gaseosas, las frituras, el café, el té y los alimentos altos en grasas hacen que haya más reflujo gástrico. Lo mismo va para los niños, así como la alergia a la proteína de la leche de vaca, al glutén, al trigo u otros alimentos.
Una vez que al paciente se le hace su endoscopia digestiva y se hace el diagnóstico, en ese momento es cuando se hace la recomendación sobre la alimentación y medicación que debe seguir.
La Dra. Elena Pestana, gastro pediatra, atiende en la Clínica Metropolitana y pueden llamarla al teléfono 0212-908.02.61.
Seguro que de ahora en adelante estarán más pendientes de esos detallitos en sus niños que antes no veían.