Escribo estas notas mientras observo la multitudinaria despedida que realizan al Presidente Chávez en el día de hoy.
Una sucesión de rostros llorosos, puños levantados, caminantes apretados y manos ondeando un adiós. La tristeza tiene cadencia caribe y se contagia.
Después de vivir y sufrir lo que han sido los años de su gobierno, tras tantas marchas y elecciones, reflexiones de insomnio, despedidas a familiares convertidos en emigrantes tengo una mezcla de dolor e incertidumbre. Me duele cada rostro que veo desolado, me asaltan recuerdos de tantos momentos injustos que hemos vivido, pienso en Lourdes Afiuni, Simonovis y muchos otros. También, en las oportunidades que hemos perdido, en la división que siembra muros en nuestras calles y resentimiento en los corazones.
Estos 14 años nos han hecho ponerle rostro a esa otra Venezuela que no veíamos, empeñados en mirar nuestro ombligo. Han servido para reconocer en ese otro venezolano que no habla ni piensa como yo a un hermano sin el cuál este país no puede ser reconstruido. Han servido para aprender que la política no se hace entre paredes de utilería, con maquillaje y un periodista-analista-opinador, sino en la calle tocando y sintiendo esos rostros.
Son varios los ídolos circunstanciales que nos mostraron sus bases de barro, muchos los que crearon consignas vacías de contenido. Pero también son muchos los que han despuntado llenos de generosidad, juventud y compromiso. (Duele crecer explican los pediatras y lo suscribo).
Tenemos por delante días donde es imperioso el respeto por el otro, sea porque se siente aliviado y no está triste o porque necesita gritarnos en voz alta su dolor. Días donde ocurrirá lo que pasa en los entierros: nadie mejor que el fallecido, puros recuerdos bonitos y muchas alabanzas. Panegíricos enteros televisables. Pero, luego nos golpeará como sol de mediodía, la realidad. A ella, medio vestida de futuro, nos debemos.
Podemos hacer de estos días una oportunidad de encuentro y de reconciliación. Podemos dibujar con nuestras acciones qué Venezuela queremos y qué lugar jugaremos en ella. "Podemos" un verbo en la primera persona del plural.
Podemos, sí podemos, aspirar a la esperanza.
Como siempre sensible, generosa e inteligente. Al dolor, agrégale el odio sembrado y bien abonado, y el criminal lavado de cerebro con jabón de mentiras . Desearía tener tu optimismo y fe , sólo espero que el tiempo nos ayude a conjugar todos esos verbos y los que sean necesarios, en primera persona del plural .
Un abrazo
Ese es mi pueblo y el tuyo, es nuestro al que no hemos educado como buenos ciudadanos, esa es la tarea a realizar.
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Palabras muy oportunas para una etapa que Venezuela y todos los venezolanos necesitamos, independientemente del color de camisa y gorra que usemos.
Palabras oportunas que ojalá y consiguen ser oídas con humildad y criterio propio, y permitan que la conciencia individual de quienes forman el colectivo fanático y amedrentador se rebele y les muestres que la esperanza de una mejor Venezuela yace en la colectividad y no sólo en un grupo que se considera selecto, y que se vale de esos «olvidados» para hacerles creer que quienes hemos surgido desde abajo, a punto de esfuerzo y trabajo honesto, hemos acrecentado su situación.
No te puedo llorar Chávez, porque tú no lloraste a cientos de jóvenes, niños, ancianos, VENEZOLANOS inocentes, que murieron a manos del hampa. No lloraste junto a las madres que quedaron devastadas, no lloraste junto a hijos que perdieron a sus padres, no lloraste con las familias que quedaron sin trabajo cada vez que gritabas Exprópieseee!! No lloraste por los profesionales del país que perdimos nuestro trabajo por tu lista Tascón y de ese modo acabaste con la carrera q amábamos; porque tu respuesta ante una tragedia nacional histórica fue «El show debe continuar». Sin celebraciones, y con mucho respeto, en tu memoria digo: Que continúe el show… Además, EL RESPETO SE GANA!!!! Cuando Carlos Andrés Pérez falleció ese mismo Sr. dijo: «No habrá luto nacional porque hoy murió un dictador, un corrupto…». (Más corrupto que tú? Más dictador que tú?) No puedo llorarte, cuando pienso q nos convertiste en un país de viejos, perdimos a nuestros mejores jóvenes en esta diáspora, y nuestros nietos hablan ya con todos los acentos; porq convertiste a un país fiero y orgulloso en un país de mendigos y pedigueños;porq has querido cambiar nuestros símbolos patrios y hasta nuestra historia, por no decir de nuestra religión católica, de la q tanto te has mofado; y por tantas otras cosas q se me escapan, q de lo contrario seguiría hasta el infinito; porq mentiste tanto, q no sabremos (nosotros al menos) la fecha y circunstancias de tu muerte. Venezuela no está de LUTO sólo hoy, está de luto todos los días que mueren tantos venezolanos a manos del hampa.. OJO: soy realista y como tú decías: el que tenga ojos que vea!! Sólo pido a Dios justicia y que tenga piedad de nosotros, Venezuela, y q no caigamos en manos peores que las tuyas.
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