Julia Mesa, llamó a 0800Flor desde Barquisimeto pues este tema del Censo la tiene muy preocupada; ella acaba de ser electa como presidenta de la junta de condominio de su urbanización de 271 casas y tiene muchas dudas al respecto.
Para aclarar las preguntas que Julia y muchos otros venezolanos tenemos, estuvieron en el programa Frank Ortega, subcoordinador del Censo 2011 y el doctor Gustavo Linares, abogado constitucionalista. Frank Ortega comenzó diciendo que para resguardar la seguridad tanto de la persona censada como del empadronador, no es necesario ni indicado que entre en la residencia, y que el cuestionario ha sido elaborado por varias instituciones y la idea es que sea contestado en su totalidad de ser posible.
Una de las preguntas que genera suspicacia del Censo es la relativa a dónde se residía en el 2006 a lo que Frank contestó que es necesario preguntarlo por el componente migratorio nacional para elaborar las proyecciones de población.
Gustavo Linares dijo que la demografía es una ciencia y esta ajustado a directrices internacionales y que la idea es que arroje información de índices de vida. Sin embargo, está el punto de la intimidad y la privacidad. Uno de los artículos de la Ley de la Función Pública de Estadísticas dice que no debe identificarse a la persona a las que se refiere la información. También supimos que las personas pueden negarse a contestar cualquier pregunta que esté relacionada con la raza y que se considere ofensiva o discriminatoria.
Enrique Herrera, abogado especializado en inmuebles y fundador de Tucondominio.com, coincidió con los otros invitados en que el cuestionario de este año es muy similar al de los censos anteriores. Sin embargo, debido al clima que se vive en el país, hay un sector de la población que tiene muchos temores en relación a la inseguridad, propiedad, salud, inquilinato, etc- Esto los lleva a tener sus reservas sobre las preguntas a contestar.
Herrera dijo que las personas pueden asumir varias actitudes: La correcta, es atender al empadronador cortésmente y responder las preguntas, pero la libertad de conciencia puede llevarnos a tomar la posición de atender al empadronador y responder parcialmente, si la persona considere que hay preguntas que son muy íntimas. Sin embargo, si se responde menos del 80% de las preguntas, esto es, menos de 66 preguntas, ese censo no se considera válido, pero en todo caso, ningún empadronador puede obligarlo a responder. La otra actitud que se puede asumir es atender al empadronador y negarse a contestar las preguntas, pues no hay ninguna norma que obligue a la persona a responder. Y la última actitud que se puede asumir es simplemente no atender al empadronador. Si el empadronador viene debidamente identificado, en un horario adecuado, lo ideal es que se le atienda y se contesten las preguntas.
El censo se va a realizar con un dispositivo móvil de captura parecido a una agenda electrónica. El aparato tiene las especificaciones especiales para el sistema estadístico de Venezuela, no tiene cámara, no tiene teléfono, ni grabadora, no tiene GPS, solo tiene el cuestionario elaborado por los técnicos del INE. Una vez que se graban los datos, quedan encriptados y solo pueden ser desencriptados en los servidores del Instituto Nacional del Estadísticas. Gustavo añadió que los datos censales no pueden discriminarse al punto de identificar a una determinada persona. Insistió en que el censo está muy relacionado con las elecciones y por eso no se puede invitar a las personas a no contestar porque el número de diputados que nos representan están de acuerdo a la población en los municipios; adicionalmente el situado de las parroquias se basa en la data censal. Lo que se tiene que entender es que no se debe utilizar el censo como mecanismo de protesta contra el gobierno por más desconfianza que se tenga. Existen otros mecanismos para protestar.