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La muerte de un ser querido es una situación que ni hasta la persona más fuerte puede controlar. Es un proceso natural que hay que vivir, pero el manejo del dolor, los sentimientos, la tristeza, la culpa y la angustia pueden tener múltiples consecuencias en nosotros. Un oyente de nuestro programa radial 0800Flor, nos envió una carta pidiendo ayuda para aceptar y asimilar la muerte y el duelo de su madre. Su historia comienza así:
“Estábamos mi mamá y yo de vacaciones en la playa visitando a mi abuela para pasar las navidades. Mi madre era diabética y a pesar de no respetar mucho su dieta, estaba controlada.
En la mañana del 24 de diciembre, me fui a la playa a pasar el día y al regresar me encuentro a mi mama en cama altamente descontrolada. La llevé al hospital inmediatamente y ahí después de un rato lograron controlarla. Sin embargo, a pesar de estar estabilizada seguía en un coma diabético.
Tres días más tarde y en un proceso en el que mejoraba y recaía, en la madrugada del 28 de diciembre mi madre murió de una cetoacidosis diabética. No tuve tiempo de procesar su muerte y hacer mi luto ya que en un primer momento me tocó hacerme cargo del papeleo propio del velorio, del entierro y luego hacerme cargo de la empresa y las cosas de trabajo. Todo eso fue la excusa perfecta para que me absorbieran el trabajo y las obligaciones para no hacer mi luto y procesar la pérdida de mi madre.”
Para poder brindarle la ayuda que tanto necesita, conversamos con Gabriel Rodríguez Aristegui, Psicoterapeuta con especialización en dinámica de grupos y bioenergética y fundador del taller “Mi vida después de ti”, y con Marianela Castés, Directora de la Asociación Civil Creando Salud y Profesora de la Universidad Central de Venezuela.
“Creo que es el momento colectivo de la humanidad para que la muerte deje de ser un tema tabú, que podamos hablar de eso libremente tengamos un familiar fallecido o no. Como todas las personas, mi familia era del tipo que le tiene mucho miedo a la muerte. Sin embargo, el mismo proceso de la psiconeuroinmunología y el trabajo que hacemos con pacientes de alto riesgo, nos lleva en la Asociación a tener dentro del programa un espacio dedicado a la muerte. El haber enfrentado el tema de la muerte de forma abierta e incluso haber ayudado a personar a morir me ha permitido vivir la vida mejor”, explicó Marianela Castés.
“Lo único que se necesita para morir es estar vivo. Mucha gente se queda atada a lo que murió, a lo que no está. El taller “Mi vida después de ti” busca rescatar la individualidad, honrar la pérdida y valorar el proceso. El duelo duele, duele la ausencia del otro, qué hacer ahora con estos aspectos, emociones y expectativas a medio de camino. Hay que invitar a la persona a hacerse nuevos planes de vida, nuevas expectativas”, comentó Gabriel Rodríguez.
Aceptar la muerte de una persona importante en nuestras vidas no es una tarea sencilla. Nos inundan recuerdos felices, pero al mismo tiempo revivimos situaciones que nos hacen llenarnos de culpa por cosas que dejamos de hacer o no podremos volver a hacer. No hay una forma ideal a través de la cual tengamos que vivir nuestro duelo, es un proceso personal, sin embargo, un duelo mal manejado puede tener consecuencias negativas. “Hay que buscar un espacio para hacer el duelo, es traer a la persona, recordarla, ver fotos y reír, perdonarnos. No tenemos ninguna culpa ni somos responsables de la vida de otras personas, pero siempre queda ese sentimiento, es inherente en el proceso. Hay que aprender a perdonarnos entendiendo que somos humanos, atendemos nuestras propias necesidades y a veces no estamos todo lo disponible que queremos”, comentó Marianela. “Tenemos muchas veces pacientes con enfermedades de alto riesgo y comentan que perdieron a su mamá, papá, hijo o esposo pero no pudieron manejar bien el duelo. Esto tiene connotaciones serias para la respuesta inmune. Aunque la persona trate de reprimirlo, el sistema inmune habla con el inconsciente de las personas y una emoción reprimida no es buena para el sistema inmune.”
Gabriel Rodríguez explicó que la culpa suele ser una emoción que viene amalgamada en otro montón de situaciones con esas cosas que quedaron pendientes. Esto crea un peso enorme sobre las personas. “Hay que perdonarse por lo que nunca ocurrió y jamás ocurrirán. Eso nos ayuda a soltar la carga y rescatar lo lindo de la relación, nadie quita lo vivido y lo compartido”, explicó. “Hay muchas enfermedades somáticas donde puedo tener todos los elementos para padecerla, pero necesito algo que dispare la enfermedad. Un duelo mal procesado sigue estando allí, no es un beneficio que nos estamos haciendo. El dolor es válido, lo que es opcional es el quedarnos en ese dolor. Ese sufrimiento y esa agonía es lo que pasa a ser patológico. Es válido querer quedarse encerrado en la casa, el “no ha pasado nada” es bueno en el exterior, pero por dentro va carcomiendo”
Para contactar a Marianela Castés, puedes hacerlo a través de la Asociación Creando Salud, teléfono: 0212.953.68.71 , wwwceandosalud.org y creandosalud@gmail. Estarán dictando un taller sobre psiconeuroinmunología el próximo domingo 24 de junio.
Si estás interesado en participar en el taller “Mi vida después de ti” dictado por Gabriel Rodríguez, puedes encontrar más información en www.crecimientoyliderazgo.com, teléfono: 0416.635.36.88 y el Twitter: grabielroar. El taller tendrá lugar los días sábado 16 y domingo 17 de junio en el Centro Comercial Bello Campo.