Con la llegada de nuevos dispositivos electrónicos, avances en la definición y características de los televisores y el crecimiento de las redes sociales y juegos online, cada vez son más las personas que prefieren quedarse en sus casas en estado sedentario antes de salir y realizar actividades al aire libre. Esta actitud trae consigo a los tan temidos “cauchitos”, o peor, a las dolencias crónicas.
Expresiones como “yo no sirvo para hacer ejercicio”, “si yo estoy flaca, para qué voy a ejercitarme” o “sólo tengo un rollito, eso puedo operarlo”, sólo llevan a las personas a incrementar sus riesgos de morbi-mortabilidad, acompañados de una autoestima cada vez más baja.
En la búsqueda de la “píldora mágica” que resuelva la mayoría de las enfermedades de esta era, con mínimos riesgos, económica y accesiblemente, surge “Exercise is medicine”, un grupo de especialistas avalados por el American College of Sports Medicine, que trabaja creando pautas para recetar el ejercicio a personas sanas o enfermas como si fuese un medicamento para disminuir distintas enfermedades crónicas.
Para comenzar a ejercitarse, primero se debe acudir a un médico para realizarnos una revisión física. De no hacer esto, corremos el riesgo de presentar lesiones leves o graves torceduras en nuestro cuerpo. Sólo un especialista puede indicar a una personas las actividades que puede realizar bajo la supervisión de un entrenador o especialista físico.
Según la Dra. Carmen Beltrán, el ejercicio regular ayuda a prevenir:
- Cáncer de cólon, próstata, útero y mama.
- Riesgo de sufrir de Infartos, Hipertensión arterial, Ateroesclerosis, accidentes cerebro vasculares y embolismos.
- Aminora el riesgo de caídas y fracturas, a predominio en personas mayores, así como Osteoporosis.
- Diabetes tipo II, Hiperinsulinismo, Dislipidemias (trastornos del colesterol y triglicéridos), Síndrome metabólico.
- Evita los síntomas de la Menopausia, así como las molestias menstruales.
- Actúa como antidepresivo y ayuda a controlar las adicciones.
- Ayuda a combatir el insomnio.
- Disminuye el peso y las medidas, por lo que reduce el riesgo de sufrir las consecuencias de la obesidad.
- Disminuye las dolencias musculo-esqueléticas.
- Mejora nuestro estado anímico.
- Disminuye el período de convalecencia en pacientes hospitalizados.
Tomando en cuenta todos estos beneficios, aún crees que hacer ejercicio es sólo para “gordos”? Actívate! Hay formas de hacer ejercicio en casa. Ya sea estiramientos, cardio en las escaleras de tu edificio o caminando por tu conjunto residencial. Lo más importante es la constancia, la dedicación y, sobretodo, consultar a un especialista que pueda asesorarte en el diseño de tu rutina diaria.
Para mayor información, ingresa en www.carmenbeltran.com.
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