Félix Baumgartner, un hombre de récords

Por

Oct 15, 2012

4353

Este fin de semana un hombre y su desafío se convirtió en la noticia más comentada en las redes sociales. Cientos de millones de personas le vieron a través de canales de televisión y de internet. ¿Quién era el protagonista?

El paracaidista austríaco de 43 años, Félix Baumgartner, un hombre de récords.

En 1999 obtuvo el récord por el salto más alto desde un edificio cuando saltó desde las Torres Petronas en Kuala Lumpur, Malasia. El 31 de julio del 2003, Baumgartner se convirtió en la primera persona en cruzar el Canal de la Mancha en caída libre usando una ala de fibra hecha por diseño. Baumgartner estableció el récord mundial por el salto BASE más bajo en toda la historia desde la mano del Cristo Redentor en Río de Janeiro. Fue la primera persona en realizar un salto BASE desde el Viaducto de Millau en Francia el 27 de junio de 2004 y la primera persona que hizo paracaidismo en él y también saltó el edificio Turning Torso en Malmö, Suecia.

El 12 de diciembre del 2007, se convirtió en la primera persona en saltar desde la plataforma de observación del piso 91 del Taipei 101 de Taiwán.

Ese 14 de octubre pasado, se convirtió en el primer hombre en romper la barrera del sonido, al saltar desde 39 kilómetros de altura.

"Félix sin miedo" como le han bautizado, despegó de Roswell, Nuevo México, para ascender hasta los 39.068 metros, altura desde la cual efectuó una caída libre, con lo cual obtuvo tres récords históricos:

1 .Primer ser humano en romper la barrera del sonido, sin apoyo mecánico y en caída libre. Los cálculos concluyeron que el paracaidista austriaco rompió la barrera del sonido durante los 40 primeros segundos de caída, al superar los 1.170 km/h.

2. La caída libre desde el punto más alto, 39.068 metros, cuando el récord anterior, establecido 52 años atrás, era de 31 333 metros.

3. El vuelo tripulado en globo al punto más alejado de La Tierra, superando los 40.000 metros de altura —siendo el anterior récord de 34 668 metros—. El globo, impulsado por helio, apenas tenía 0.002 centímetros de grosor.

Sin embargo, no son sus récords los que hablan por él sino sus reflexiones:

"Cuando estás parado en la cima del mundo, te conviertes en un ser tan
humilde. No piensas en romper ya los récords, no piensas en obtener
datos científicos. Lo único que deseas es regresar con vida"

"Fue más difícil de lo que esperaba. A veces tienes que ir realmente
alto para saber cuán pequeño que eres"

"Lo único que te separa de tu objetivo es esa historia sin valor que
te repites a tí mismo sobre cómo no podrás lograrlo"