Cuando fue descubierta la penicilina en el año 1928, comenzó el fenómeno de la resistencia por parte de las bacterias y los virus. Para los años 40, se descubrió que las bacterias ya se habían vuelto resistentes a esta medicina, por lo que la meticilina fue desarrollada en los años 60 para contrarrestar este fenómeno. El que los virus, bacterias y gérmenes se adapten a las medicinas y, eventualmente, se vuelvan invulnerables a estas, es un paso normal de la naturaleza, pero algo dañino para los seres humanos.
El caso de resistencia a las medicinas no debería de ser un problema, ya que los gérmenes altamente peligrosos suelen ser erradicados y tienden a tardar mucho tiempo para adaptarse, momento en el cual los científicos ya cuentan con una vacuna más poderosa. El verdadero problema existe con los gérmenes de la vida cotidiana, quienes se fortalecen cada vez más debido a las automedicaciones.
La resistencia de los gérmenes a las medicinas está estrechamente relacionada al uso indiscriminado e irracional de todas las medicinas y antibióticos derivados, un simple ataque para ganar la batalla rápida y momentáneamente. Recientes estudios demostraron que las bacterias patógenas se hacen cada vez más resistentes a diferentes grupos de antibióticos, creando una versión muchísimo más poderosa que el germen anterior.
¿Por qué no se crea una medicina aún más poderosa? Lastimosamente, la velocidad con la que se adaptan los gérmenes es mucho más rápida a la que toma desarrollar antibióticos nuevos. El uso responsable de altas dosis y una terapia corta puede reducir los desarrollos de resistencia bacteriana, mientras más corto sea el tratamiento, mejor. Si la bacteria llega a adaptarse, los descendientes de la misma serán igual de resistentes.
Cuando la bacteria de la gripe se hace resistente no hay mucho problema, ya que con un buen reposo puedes ayudar a tu cuerpo a eliminarla por completo. Pero cuando se trata de infecciones urinarias o se trata de una bacteria mucho más peligrosa y esta logró desarrollar resistencia a los antibióticos actuales, el paciente está expuesto a complicaciones serias.
Durante un simposio sobre “Uso de antibióticos en la era de la resistencia bacteriana”, organizado por Pfizer Venezuela, el infectólogo alemán Hartmut Lode, jefe del departamento de Enfermedades Torácicas e Infecciosas, del Centro de Investigación para Estudios Médicos, de la Universidad Charité en Berlín, destacó la efectividad y alto nivel de calidad de la línea de anti infectivos de la organización, la cual ha cumplido 25 años en el mercado.
Durante el simposio, el médico internista e infectólogo Manuel Guzmán Blanco, miembro de la Red de Sociedades Científicas Médicas Venezolanas, decidió hacer referencia al caso de la creciente resistencia a los antibióticos del Streptococcus pneumoniae, principal responsable de infecciones respiratorias bacterianas, otitis media, sinusitis y neumonía.
Por estas razones existe el Programa Venezolano de Vigilancia de la Resistencia Bacteriana a los Antimicrobianos, que ha estado en funcionamiento en el país desde 1988 y que nació por iniciativa de las Sociedades de Microbiología y la de Farmacología, con el apoyo de Pfizer Venezuela.
En el programa se educa acerca del uso apropiado de los antibióticos existentes, a altas dosis y terapias cortas para reducir el desarrollo de los mecanismos de defensa de las bacterias. Este simposio forma parte del Programa de Educación Médica Continúa de Pfizer Venezuela, donde se imparten las herramientas y el conocimiento necesario para que los médicos se mantengan informados y al día para poder brindar la mejor atención a sus pacientes y reducir los casos de resistencia bacteriana.