Flavio Mayorga Arias escribió una carta muy sentida, centrada y maravillosamente redactada en donde solicitó ayuda para enfrentar los gastos ocasionados por un terrible accidente que sufrió su hijo de 10 años el 27 de enero de este año.
Flavito, el hijo de Flavio, estaba haciendo las tarreas con dos amigos en casa de uno de ellos. Cuando terminaron las tareas comenzaron a jugar, uno de los niños sacó la escopeta calibre 16 de su padre y le disparó a Flavito en el tórax.
El niño fue trasladado de una clínica a otra hasta que finalmente fue atendido en la Clínica Leopoldo Aguerreverre.
El resultado fue una experiencia muy traumática y una cuenta hospitalaria sumamente grande que no pueden costear.
"Yo pensaba que este tipo de eventos uno los veía únicamente en las últimas páginas de los periódicos y que nunca me iba a tocar vivir algo como esto", expresa el padre de Flavito.
El señor Flavio narra como su hijo reaccionó ante el disparo: "Mi hijo ve que es inminente el disparo y levanta su brazo izquierdo hacia la cara para tratar de protegerse, se voltea y es cuando le disparan".
La reacción de Flavito logró que le diera la espalda al otro niño y quedara de perfil haciendo que el proyectil entrara por la axila y saliera por el tórax.
Dos esquirlas tocaron el pulmón izquierdo. En un primer momento presentó pérdida de saturación en el cuerpo, que es la cantidad de oxigeno que todos tenemos en la sangre. El pulmón izquierdo estaba completamente colapsado, por lo que lo intervienen quirúrgicamente en la clínica Vista Alegre logrando corregir la pérdida de aire.
Luego de esto, lo trasladan a la clínica Leopoldo Aguerreverre ya que la clínica Vista Alegre no contaba con cuidados intensivos pediátricos para mantenerlo allí. En esta clínica estuvo 27 días.
Actualmente Flavito está en su casa, pero en vista de que no sólo fue el problema del pulmón el que presentó, las heridas crearon una gran herida de 1 cm de profunidad y pérdida de líquidos y carne. "Sus órganos estaban expuestos por la profundidad de la herida", comenta el señor Flavio, "eso implicó un trabajo arduo de cirugías".
Aparte de la salud de Flavito, el factor preocupante en este tema es la violencia, es por esto que se contactó a Oscar Misle, educador, orientador, psicoterapeuta, co-fundador y director de CECODAP (Centros Comunitarios de Aprendizaje), cuya misión es la prevención de la violencia escolar y la promoción de la convivencia familiar y estudiantil. Además, Oscar es el autor del libro "Violencia en los pupitres".
"La situación que describe el señor Flavio sobre su hijo no es otra cosa que la situación que desnuda y pone en evidencias los otros "Flavitos" que se encuentran en el país", fueron las primeras palabras de Oscar Misle.
Oscar pregunta por qué un niño que tiene una diferencia con otro o quiere jugar con este, tiene que buscar un arma. Cuál es el impulso, por qué ese niño siente esa necesidad y además sabe dónde está el arma, que no está protegida.
"Otra pregunta que debemos hacernos", continúa comentando Oscar, "es por qué tenemos que tener un arma en la casa. Si tiene que defenderse o protegerse, ¿qué pasa con la seguridad de los que viven allí?".
"Vivimos en una sociedad en donde las personas necesitan estar armadas", finaliza Oscar.
El otro tema a discutir en este asunto es el recorrido para conseguir un hospital: "cómo es posible que Flavito haya tenido que hacer todo un recorrido por diferentes clínicas que no tenían las condiciones apropiadas y que no haya podido ir a un centro de salud público que tendría que tener las condiciones para hacer valer lo que dice al constitución sobre una salud de calidad, descapitalizando a la familia con grandes cantidades de dinero en clínicas privadas".
Los costos totales por todo el tratamiento clínica de Flavito fue de Bs. 563.000 en la clínica Leopoldo Aguerreverre. Por la intervención que se realizó en la clínica Vista Alegre los honorarios fueron de Bs. 53.000. Todo esto sin contar las secuelas y tratamientos que debe seguir Flavito.
"Los lugares seguros que deberían ser las casas y colegios, se han convetido en situaciones de riesgo", añade el director de CECODAP.
Oscar Misle habla de lo alarmante que resulta el que haya sido otro niño el que le disparara a Flavito.
Urgando un poco en qué pudo pasar por la mente del otro niño que disparó a Flavito, se encuentra que la escopeta percutada en el accidente fue un regalo del abuelo de este niño a su padre, cuando este último tenía apenas 12 años. Además, hay un antecedente de violencia en el niño, por su mal temperamento.
"Ese niño estaba dando señales de agresividad, de no poder contenerse, de no poder manejar su ira. Al no actuar a tiempo ese niño tiene el control y la capacidad de poder en un determinado momento", explica Oscar.
Aparte de estar alerta al comportamiento agresivo del niño, debemos analizar qué tipos de regalos les damos, pensando en lo que se ha hecho costumbre, como los videos juegos en donde el objetivo es destruir, donde mientras más destrucción hay, más emocionante es.
¿Qué hacer cuando el padre tiene que enfrentar a un hijo violento? ¿Debe encubrirlo, ser cómplice?
Oscar responde: "Cuando un padre se convierte en cómplice generalmente lo que está haciendo es legitimando la violencia como una forma de ersolver los conflictos o de reaccionar frente a una situación en la que se está en desacuerdo".
En estos casos hay que buscar apoyo, buscar a un tercero que nos permita identificar cómo estoy educando a ese hijo.
Hay una masculinización de la violencia, por lo que debemos estar más atentos con los varones. Las estadísticas muestran que los varones lideran los problemas de drogas, accidentes, abuso y violencia sexual, suicidios (hay 3 veces más suicidios en varones que en hembras).
"Esto es porque al varón se le forma desde pequeño a devolver el golpe", añade Oscar.
Madres, no se retiren frente a la forma en que los padres crian a sus varones. No se queden de brazos cruzados.
"Hay que estar pendiente de nuestros hijos, ser muy cuidadosos con quienes se reunen nuestros hijos, enseñarles valores", le dice Flavio a esas madres silentes.
La conclusión de Oscar fue determinante: "Ninguna situación de violencia puede tolerarse y dejarse pasar. Si un niño agrede de manera sistemática y es violento, necesita apoyo".
Revisen cómo están educando a sus hijos y si les están enseñando violencia o la justifican.
Si desean prestar su colaboración a Flavito, pueden escribirle a Flavio Mayorga a su cuenta de Twitter @apoyaaflavito, escribirle a su correo flaviomayorgar@gmail.com y a través del teléfono 0416-615.58.04.
Oscar Misle dicta talleres en las comunidades y si desean ponerse en contacto con él pueden visitar su página web cecodap.org.ve , llamarlo al teléfono 0212-952.72.79 o a través de Twitter @oscarmisle y @cecodap
No permitas que la violencia ensombrezca tu vida. No permitas que esta historia vuelva a repetirse. ¡Actúa!