Antiguamente, cuando una persona fallecía, todos sus recuerdos y memorias se iban con ella, sólo aquellos recuerdos que plasmó en libros, fotos y pinturas lo mantenían “vivo”. Hoy en día, es un tanto diferente. Con la llegada del Internet y las redes sociales, todas las personas dejan huella en el mundo con sus perfiles, fotos, videos, comentarios, en todos los rincones de la red.
¿Pero, qué le ocurrirá a todos estos datos cuando te vayas? ¿Y qué hay con las fotos y videos en donde apareces sin saberlo? Después de todo, en la sociedad de hoy, todo el mundo está siendo constantemente documentado y digitalizado.
Las redes sociales son excelentes para mantenerte en contacto con aquellas personas que te interesan o para mostrarle al mundo tus ideas, pero toda esta auto documentación, esta gran cantidad de información acerca de tu vida, deja de ser de tu propiedad y empieza a ser compartida con empresas y servicios. Un ejemplo ideal es Facebook, toda información que publiques en tu perfil se vuelve propiedad de la empresa, la cual es catalogada y almacenada. Y no es suficiente con borrar la cuenta o desactivarla, la información seguirá siendo propiedad de Facebook.
Es un tanto preocupante que toda esta información siga aquí mientras tú ya no lo estás. Incluso existe la posibilidad de que alguna persona logre revivirte de manera digital o duplicarte, copiando tus imágenes, textos y comportamientos para crear perfiles falsos con los cuales te representen.
Lastimosamente, no hay manera de eliminar por completo toda esta información del Internet, pero sí hay métodos y herramientas para darles un buen uso cuando ya no estés. Imagina un perfil de Facebook que tus parientes puedan visitar para recordarte y revivir los buenos momentos, o un perfil de Twitter que seguirá publicando tuits luego de analizar tus tuits anteriores.
No lo imagines tanto, porque estas herramientas ya existen. Por ejemplo, Facebook tiene un servicio que convierte las cuentas de las personas que han fallecido en cuentas “conmemorativas”. Estas cuentas se vuelven totalmente privadas y ningún usuario puede interactuar con ellas para que así estén protegidas, sólo las personas autorizadas podrán compartir el contenido de estas cuentas.
También hay herramientas como Heavenote, la cual se encarga de enviarles un mensaje a las personas seleccionadas al momento que fallezcas. Podrá parecer realmente extraño, pero, técnicamente, no es diferente a cartas o notas que les dejarías a tus herederos. Otra herramienta interesante es LivesOn, este servicio se encarga de seguir publicando tuits luego de que el usuario haya fallecido. Analizando los tuits anteriores, determina tus intereses y tu personalidad para mantenerse publicando contenido. La cuenta siempre podrá ser desactivada por una persona que tenga los permisos necesarios. Y si lo que prefieres es eliminarla por completo, Twitter cuenta con sus propios métodos para lidiar con las cuentas de los usuarios fallecidos. Es un poco tétrico pensar en ese momento, pero después de todo, alguien tiene que ocuparse.
(Información extraída de: http://www.fayerwayer.com/2013/05/datos-tras-muerte/)
