Una oyente nos escribe a 0800Flor porque tiene una suegra problemática. Ella nos cuenta que nunca se ha llevado bien con su suegra, pues ésta critica todo lo que hace, llegando al extremo de cambiarle el nombre a su bebé cuando lo presentó al registro.
Para responder a la inquietud de nuestra oyente, invitamos a Lissete Vega, psicólogo clínico. Lissete comenzó por decirnos que el problema con las suegras aumenta cuando la figura materna entra en conflicto con la parte femenina de la pareja. Muchas veces, los hijos son sobreprotegidos por las madres y sufren por las presiones de su madre y de su pareja por intentar mantener su interés, compitiendo por ser la más importante o la más querida. Se tiene que tener muy claro que la relación con la suegra no es una relación triangular, pues la suegra es la madre y siempre va a estar en la vida de sus hijos. Sin embargo, se deben establecer límites pues aunque las suegras son importantes y llegan a ocupar un rol trascendental en la unión familiar, ayudando con los hijos y dando consejos, muchas veces se da el caso que llegan a ser fuente de conflicto permanente.
Es importante, primero que todo, que exista una buena comunicación en la pareja y que se establezcan parámetros, los cuales deberán ser conversados entre hijo y madre para evitar que se intervenga en el hogar y se cambien normas, lineamientos o costumbres que como parejas se han pautado. Antes que nada debe existir respeto, pero en ningún momento se puede permitir que invadan la privacidad de la pareja.
Hay que tener la madurez suficiente y llevar a cabo una comunicación efectiva con la suegra, donde exista respeto y se considere su punto de vista como madre y se le haga saber que es querida y es aceptada en el hogar pero que no se le va a permitir que se involucre en decisiones trascendentales de la pareja y su núcleo familiar. Esto debe ser atacado a tiempo pues a futuro genera problemas.
Hay relaciones edípicas, en las cuales las madres no han tenido una relación propia ideal y se vuelcan en los hijos varones y pasan a formar un triangulo familiar creando mucha rivalidad, celos, envidia, rencor hacia la esposa, queriendo permanecer entre los conflictos internos de la pareja. En estos casos, es necesario atacarlo a tiempo porque las madres convierten a los hijos en ese amor que nunca tuvieron, inmiscuyéndose en los asuntos hogareños dando órdenes, estableciendo normas, manejando inclusive la economía, lo cual no puede ser considerado normal en una pareja.
También se ven casos en que la esposa siente inseguridad personal y eso se refleja negativamente hacia su suegra cuando el hombre muestra detalles hacia su madre o cuando por situaciones económicas las ayudan.
Existen situaciones en las cuales es necesario acudir a una terapia psicológica si no es posible resolver las diferencias a través de un dialogo sincero y respetuoso en el cual ambas partes logren un acuerdo.
Las comunicaciones en cualquier caso deben empezar de una manera positiva, sincera y calmada exponiendo los sentimientos sin caer en calificativos ni reproches, y manifestar lo que a ella le gustaría que ocurriese.
La doctora Vega puede ser ubicada en la Unidad Integral Doris Gicherman al teléfono (0212) 993 5303 o en su celular (0424) 199-6136 o seguida en twitter @livega26.