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Una Madrastra con medias de rayas… y no es ninguna bruja!

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Escrita por Eurídice Armas:

"Mi madrastra comenzó ciertamente muy parecida a la "Bruja Mala del Oeste", casí podría decir que, de ser necesario, hubiera usado las medias de rayas para ponerse las zapatillas de rubí, no por ponérselas simplemente, sino que ella es así, exótica, estrafalaria, dispuesta a todo por dar el show que se le ha metido en la cabeza, diferente a cualquiera persona que yo hubiera conocido. Pero yo no lo sabía.

En las familias tradicionales, cualquiera que interfiere es simplemente malo, no hay discusión. Desde esa óptica las madrastras tienen muy poco chance verdaderamente.

Aclaro que interferir puede ser cualquier cosa, desde precipitar lo inevitable a divertirse mortificando, cada quien tendrá su historia de interferencias, lo que si viene al caso es la historia de apertura a los cambios, no rechazar oportunidades y por sobre todo, ceder en favor de reconocer lo que más nos importaba a todos, mi papá y mis nuevos hermanos, disfrutarlos, compartirlos y apoyarlos.

Tal vez, se pueda decir, que a trancazo limpio logramos unir todas las piezas, siempre con la visión clara de que queríamos estar juntos, es decir, compartir momento como familia, para el beneficio de todos. El amor entre las personas puede cambiar, lo importante siempre es la honestidad y eso lo fuimos aprendiendo en el camino.

Tuvimos una larga historia de tragedias familiares en la que había que abrirse al amor que nos unía. Sin orgullo, sin resentimiento, haciendo causa común en cada evento familiar, terminamos siendo una gran familia de dos padres, dos madres, muchos hermanos, medio hermanos, hermanastros y todas las variedades de abuelos, tíos, sobrinos, nietos y primos que pueda existir en una familia "compuesta", al punto en que la gente no sabe a ciencia cierta de quién es que eres hijo tú.

Hoy mi papá ya no está y la familia sigue intacta, mostrando que es la voluntad la que prevalece ante los prejuicios. Puedo decir que somos mucho más amigas que antes porque estamos claras en que vamos juntas por gusto.

Al final de cuentas, toda esta historia nos dejó muchísimos momentos de disfrute y risas inolvidables y afortunadamente seguimos agregando momentos a la larga lista de citas familiares que nos procuramos compartir.

Tal vez no se haya convertido en la "Bruja Buena del Este", porque los colores pasteles no son lo de ella, lo que si está claro es que si necesito las medias de rayas puedo irlas a buscar con toda confianza las veces que las necesite.

¡Eso es una madrastra!”

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