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Una Madrastra con pegamento para unir a una familia

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Escrita por Keily López:

"La de la Voluntad Abolida;

Cuando estaba en 3er año de bachillerato en el colegio, como parte del pensum de Castellano, leímos varias novelas venezolanas, entre ellas hay una que me encantó y que tiene un lugar especial en mi corazón, “La Trepadora” de Don Rómulo Gallegos. Esta novela quizás marcó un poco mi vida y a partir de allí comenzó mi gusto por la lectura. Sigo recordándola y leyéndola eventualmente hasta ahora que tengo 34 años y seguramente la volveré a leer algún día. Uno de los capítulos de esa novela se llama “La de la Voluntad Abolida”. En esta sección de la novela se describe la personalidad de la protagonista y como, con su conducta, sumisión y profundo amor, logra encaminar a la gente que ama. Eso representa mi madrastra para mí.

Ella entró en nuestras vidas no de la manera más grata. Teníamos un hogar constituido, pero con las grietas que se pueden formar en una pareja y que uno puede entender mejor cuando es adulto. Cuando yo tenía 7 años vino la separación de mis padres y ya ella formaba parte de la vida de mi papá. Por supuesto, se convirtió en la villana del cuento.

Nos mudamos de ciudad mis hermanos, mi mamá y yo y crecimos alejados de nuestra familia paterna, sin odios, pero alejados. Ver a nuestro padre era algo eventual, él se convirtió en una persona ausente, aunque lo queríamos y nos alegraba verlo, pero mi madre y mis abuelos maternos se convirtieron en nuestros pilares. Sin embargo, con el transcurrir de los años, por cosas de la vida o vueltas más bien, volvimos a nuestra ciudad de origen, mi hermano con 15 años y yo con 21.

Vivir sola con él fue un reto, de alguna manera tuve que convertirme un poco en la madre de un hermano adolescente. No fue nada fácil, mi madre estaba fuera del país aprovechando una oportunidad de trabajo para ayudarnos y darnos estabilidad. Ya estando en la misma ciudad, comenzamos a acercarnos poco a poco a mi papá, a su hogar, a mis hermanos… y a la Sra. Ángela, mi madrastra.

Alguna que otra vez la había visto a lo largo de mi vida, prácticamente no teníamos relación, ella siempre callada, con la cabeza baja, manteniendo distancia, distancia que de alguna forma me mostraba respeto y quizás un poco de pena o culpa por el pasado. Sin embargo, progresivamente se inicio algún tipo de cordialidad entre ambas, que fue creciendo hasta convertirse en una amistad. Poco a poco ella empezó a acercarse a nosotros con mucha humildad y note como comenzó a cuidar de hermano con amor y preocupación de madre, teniendo ya sus 4 hijos y todos relativamente contemporáneos. Comenzó a darle cariño, a cuidarlo y sobre todo, a preocuparse por conocerlo bien, por lavar su ropa, guardarle siempre su plato de comida, a estar pendiente del pago de su colegio, de sus amistades, a ser el puente entre él y nuestro padre, hasta el punto de que el calor de hogar de esa casa lo hizo estar mucho más presente allá. Ella le organizó incluso una habitación en su casa. Mi hermanito consiguió allí la estabilidad de familia que tanto necesitaba en esa edad y que viviendo sólo conmigo no tenía.

Su cariño era sincero, no fingido. Empecé a visitarlos más y nos acercamos, fue un descubrimiento para mi darme cuenta de que esta Sra. era un ser excepcional, bueno, que le tendía la mano a todo el que pudiera y especialmente a nosotros. Me daba consejos de madre. Empecé a ver que era una persona culta, educada, cariñosa, discreta que solo tenía para mi palabras de aliento y buenos consejos. Me encantaba que conversaramos, para ella no había diferencia entre sus hijos y mi hermano y yo, ni tampoco entre dos hijas más que mi padre tuvo posteriormente y cuya madre murió. Esas dos niñas que quedaron huérfanas, una de 7 años y la otra de 1 añito, fueron acogidas, protegidas, cuidadas y queridas por ella.

A pesar de las críticas y las burlas de familiares y vecinos, ella les abrió las puertas de su hogar. Hace más de 10 años de ese evento y el día de hoy son tan hijas suyas como de la madre que las parió. La bebé (aún le decimos así) es la consentida de la casa. Le dicen mami. He visto a través de los años como con constancia y amor incondicional hacia mi padre han logrado constituir un hogar estable para mis hermanos, y para ellos mismos, hasta económicamente han mejorado.

Mis hermanas ya son universitarias, mis hermanos todos son muchachos responsables y trabajadores, mi papá dejó de ser ese tarambana que estaba de un lado para otro, para ser ahora un señor responsable de su hogar y de sus hijos. Siento que mi papá me gusta mucho más, se convirtió en un señor, tuvieron que pasar muchos años para que lo fuera, y estoy segura que la mano de la Sra. Angela ayudo a que eso fuera posible. Que sabroso es reunirse en familia, conversar y reírnos de las cosas que hemos vivido juntos, nada de esto existía, pero gracias a ella somos unidos.

Hoy por hoy mi madre y ella son amigas, se saludan y conversan con cariño. Mi madre rehizo su vida y tiene también una gran pareja; le agradece a la Sra. Angela lo que hizo por nosotros. Estoy embarazada de mi primer hijo y ella sin duda es otra de sus abuelas. Amo a mi madre incondicionalmente y por encima de todo, pero no puedo dejar de reconocer el valor de esa señora que realmente ha sido un ángel que se ha ganado el cielo por sus buenas acciones.

Durante los últimos 15 años, hemos compartido cotidianidad, parrilladas, navidades, cumpleaños, también problemas y enfermedades. Mi hermanito ya tiene 30 años de edad y es su hombre de bien y mucho de la mano de la señora Angela también esta alli. Nunca, nunca he notado de su parte un mal comentario, un gesto inapropiado, es un alma buena. ¿Sera que ella amó demasiado a mi padre para aguantarle tanto? ¿No se entendían mis padres y por eso apareció esta señora? No lo sé, nada de eso lo sé, pero ese es otro tema. Solo se que ella ha marcado una diferencia esencial en la vida muchas personas, ha sido un complemento importante, creo que vital, yo diría que el pegamento que ha mantenido unida a la familia, por eso la bendigo y la quiero, es mi familia y quiero que siempre este bien.

Ella también es una Sra. Madrastra."

Keily fue la ganadora de un accesorio de Galería Slabon y un libro de Señora Madrastra. Felicidades!!!

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