Carol Egui
La salud mental es, en términos generales, el estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural, que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones para alcanzar bienestar y calidad de vida.
La fuerte crisis económica que atraviesa Venezuela, está afectando a todos sus habitantes, sin importar el estrato social al que pertenezca. El dinero es indispensable para cubrir nuestras necesidades básicas: alimentarnos, vestirnos, tener un hogar etc…Por ello, muchos estudios han demostrado que al faltar el dinero, se puede generar un malestar emocional del individuo y de su círculo cercano, produciendo niveles preocupantes de estrés.
Además del factor “dinero”, la escasez de medicamentos y productos de primera necesidad son otros de los problemas que están cada vez más presentes en nuestro país. Actualmente, el venezolano tiene que invertir gran parte de su tiempo productivo en largas colas, para poder obtener alguno de estos insumos, indispensables para su funcionamiento personal y el de su grupo familiar., afectándose su calidad de vida.
El Dr. Pedro Delgado Machado, Médico Psiquiatra, nos da una idea de la magnitud del problema y lo pobre de las soluciones. Según el Dr. Delgado,
hasta hace cincuenta años la presencia de un trastorno psiquiátrico en la familia se veía como un estigma social que se manejaba clandestinamente.
Hoy en día, se estima que uno de cada cinco adultos sufre de una enfermedad mental en cualquier período de seis meses del año, y que uno de cada tres lo hace en algún momento de su vida. Eso quiere decir que en cualquier momento, puede haber cinco millones de venezolanos sufriendo un problema de salud mental, afirmó el psiquiatra.
Para la Psicólogo Clínico María Teresa Egui, la crisis económica impacta en la salud mental de las personas, porque reduce su poder adquisitivo, en consecuencia, su incapacidad para satisfacer las necesidades básicas pudiera desencadenar en muchos casos en elevados niveles de estrés, frustración, ansiedad, impotencia y tristeza, desmejorando la calidad de vida y generando un impacto profundo a nivel social, familiar y laboral.
La Licenciada comenta que la escasez y las colas nos hacen aún más luchadores y resilientes, lo cual implica que tenemos necesariamente que aprender a tolerar la frustración, herramienta necesaria para una constitución psíquica sana. Sin embargo, cuando la situación supera nuestra capacidad de enfrentarla y se vuelve excesiva (ello dependerá de cada individuo), empezamos a enfermar física y mentalmente y a exhibir nuestros impulsos más primarios (los agresivos) para sobrevivir.
Cuando le preguntamos a la Psicólogo Clínico ¿Cómo podemos minimizar el impacto de la crisis económica en nuestra salud mental? Ella nos contestó que en principio hay que aceptar la realidad y entenderla por mucho que duela, que esta es la realidad que estamos viviendo y, aunque superable, los cambios nos serán inmediatos. Pensar que todo esto pasará rápido es alimentar la frustración, porque las expectativas no se ajustan a la realidad y ello traerá como consecuencia mayor frustración. Una vez aceptado esto, debemos empezar a hacer cambios, sustituir lo que antes se podía y ya no, por algo que sea accesible y si se pueda. María Teresa comenta una situación en particular a modo de ejemplo, “Si ya la familia no puede comer en la calle, entonces tendrá que hacer la comida en casa, con lo que haya se improvisarán nuevas recetas”.
Si quienes conforman una sociedad, tienen problemas de salud mental. ¿De qué manera esto impacta al país? En la sociedad siempre habrá de todo, personas sanas y personas enfermas, esa es una realidad. Lo que impacta al país quizá no sea el que hayan muchas personas mentalmente afectadas, sino que no se cuenten con los recursos para atenderlas. Y si esto es así, se genera inevitablemente un desequilibrio social, afirmó la licenciada en psicología.
Egui recomienda apreciar y disfrutar lo que aún se pueda tener. Destinar un tiempo para descansar y para entretenerse. Aunque ciertamente cada vez las exigencias son mayores, recuerde que si no se permite descansar y distraerse, su capacidad de productividad se verá severamente afectada, asimismo su salud, entonces excederse no es una solución es una problema. No añada más problemas a los que ya tiene, precisó.
También sugiere preservar y cuidar los espacios internos, esos que nos han permitido salir adelante y superar los obstáculos anteriormente, que son los que realmente están a nuestro alcance. Y esos espacios internos a los que hace referencia la Psicóloga son el amor, el respeto, la paciencia, la tolerancia y la empatía. En otras palabras, cuídese Ud. mismo y a sus seres queridos. Evite los excesos, sea flexible, no siempre todo es como quisiéramos y aun así la vida continúa, haga ejercicio, rodéese de sus amistades y seres queridos, y si se fueron del país, entonces es momento de conocer a otras personas y de comenzar nuevas actividades (culturales, deportivas, o las que más se ajusten a sus intereses) que favorezcan el aprendizaje, el entretenimiento y la socialización.