Hoy día, es cada vez más común que empecemos a trabajar por nuestra cuenta. Puede ser a través del alquiler de tu apartamento, vender algunas cosas por internet; incluso ofrecer tus servicios profesionales por horas. Así no tienes ningún empleador; tú eres tu propio jefe. A esto se le llama "economía gig".
La economía gig es lo que también conocemos como la economía freelance o economía colaborativa. Ella ha generado una numerosa cantidad de empleo en los últimos años.
Los dos lados de la moneda
El primer lado involucra los aspectos negativos o riesgosos. Las personas que viven de, por ejemplo, vender algunas cosas por internet u ofrecer sus servicios por internet, viven estos riesgos. No tienen protección social. Y en el caso de que se enfermen, se puede complicar un poco la cosa. Tampoco hay vacaciones pagas. Es por esto que hay que tomar en consideración todos los aspectos que conlleva esta decisión.
Pero, el segundo lado, muestra un panorama más positivo. Existen profesionales que deciden trabajar independientemente para varias compañías y ellos mismos organizan su tiempo. La mayoría son emprendedores, que trabajan desde la casa y montan su propio negocio. El mundo digital es un campo que los ayuda en su labor; además, están en un constante aprendizaje.
La tecnología se une
Años atrás, los músicos de jazz vivían con el dinero ganado en cada presentación musical. Hoy en día se sigue haciendo esto, y de aquí surge el término gig. Esto se ha extendido a los demás sectores laborales.
Emprendedores en la tecnología, con sus start-ups, han creado plataformas para el intercambio colaborativo. Con pequeños costos se han convertido en los mediadores de este proceso, quedándose con una parte de la transacción. Esto quiere decir que hay múltiples plataformas donde la gente puede ofrecer su trabajo y buscar el de los demás. Aquí se crea una conexión entre ellos que permite que consigan un empleado y el otro, un empleador.
Alrededor de un 27% de los trabajadores en Europa y los Estados Unidos forman parte de la economía gig. Lo que llama la atención de esta cifra es el hecho de que muchas de estas personas declaran que lo hacen porque no tienen otra opción.
Sin embargo, hay otras visiones del asunto. Diane Mulcahy establece que a la gente le gusta crear su propio negocio por el sentido de autonomía y control que esta experiencia les brinda, además de la flexibilidad. Gran cantidad de diseñadores, traductores, arquitectos, abogados se encuentran en internet ofreciendo su trabajo. En este mundo hay todo tipo de salarios y niveles de educación.
Economía gig en América Latina
Países como Brasil y México se han sumado a la tendencia. Argentina les sigue el paso. Esto se debe a que la economía gig no sólo da autonomía, sino que también crea retos y oportunidades.
Por supuesto, no hay que dejar de lado las complicaciones que esto puede traer. Sus riesgos están relacionados con la labor informal; además, se debe tomar en cuenta que a medida que aumenta el sector, también aumenta la competencia en él.