Durante el proceso de reclutamiento en las empresas, los empleadores necesitan contar con distintos recursos; con herramientas que faciliten y garanticen, conseguir el talento más adecuado a las necesidades de la empresa. Y, hay aspirantes que no optan de forma directa a la selección. Se trata de candidatos pasivos, que no tienen un interés visible por el trabajo, pero que están capacitados para éste. Es ahí donde el crowdsourcing entra en el juego; un nuevo concepto en la forma de asignar las tareas y labores profesionales que la empresa requiera.
Teniendo en cuenta la cantidad de talentos que se encuentran fuera de la empresa, se les asignan trabajos a grupos indefinidos de personas. Esto, a través de convocatorias abiertas, al alcance de multitud de profesionales. Así, esta técnica se ha comenzado a convertir en un modelo de negocio moderno.
Elegir al candidato ideal
No existen límites ni obstáculos a la hora de conseguir candidatos ideales, a través de este modelo; la geografía, simplemente dejó de ser una piedra en el camino. Ahora, los departamentos de reclutamiento aprovechan las ventajas que el Internet puede ofrecer; y las redes sociales, se han convertido en el perfil laboral de muchos. Así, el crowdsourcing reduce los costos de la selección de personal; brinda la posibilidad de encontrar personal con un gasto justo, y con un número de propuestas para proyectos significante.
Entre todas estas propuestas, la empresa selecciona la más adecuada. Y, si por algún motivo no se tiene interés en ninguno de los aportes, el coste de todo el proceso es inexistente.
Esto supone un beneficio significativo para el talento; el crowdsourcing es para ellos, una manera de conseguir la oportunidad que tanto buscan entre las empresas. Además, van extendiendo su capacitación, dándose a conocer en el entorno laboral que les convenga.
Por otro lado, las ventajas de la empresa son claras. Por costos bajos pueden localizar el talento ideal para ellos, desde donde sea que éste se encuentre.
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