Como gerente de un negocio, siempre estarás expuesto al trato con público, proveedores y personal de trabajo. Por ello, no podrás escapar del requerimiento de muchos de ellos, para conversar contigo aspectos y temas que les resultan urgentes. Pero ¿cómo mantener conversaciones que resulten productivas para ambos y que no se conviertan en una pérdida de tiempo? Aquí te damos unos útiles consejos.
5 consejos para conversaciones exitosas
1.- Establece intervalos de 30 segundos.
Hazte un experto en exponer tus ideas en breve tiempo. Si eres de los que da muchas vueltas para centrarte en una idea, trabaja en ello. El no hacerlo te quitará mucho tiempo y, además, evitará que tus interlocutores entiendan con precisión, lo que has querido plantearles.
2.- Identifica los signos de que tu conversación está resultando aburrida
Cuando tu interlocutor mira varias veces el reloj o su celular; se distrae con lo que está alrededor, mira por encima de tu hombro y no a tus ojos, se nota inquieto, tamborilea sus dedos sobre la mesa, etc. No hay duda, lo estás aburriendo.
Entonces, haz un corte en la conversación, deja que sea él quien hable y ofrécele algún refrigerio. Luego, cuando retomes la conversación, actúa para impedir que se aburra de nuevo.
3.- Evita interrumpir, pero si es necesario, solicita permiso para ello.
Con frecuencia, deberás expresar tu idea, contradecir la de tu interlocutor o hacer algún aporte a la conversación. Cuando eso suceda, infórmale con una seña o unas breves palabras, que deseas intervenir. Sin embargo, no lo hagas intempestivamente. Déjalo terminar su idea y deja que te anuncie que ya puedes participar. De esa forma, no perderá el hilo de lo que estaba diciendo ni se sentirá irrespetado por tu intervención,
4.- Valora su atención y participación
Esto lo demuestras siendo breve en tus exposiciones y brindando tiempo suficiente para tu interlocutor. Además, deberás reconocerle sus aportes y agradecer el tiempo que te ha dedicado.
5.- Presenta tus puntos fuertes.
Ten organizadas tus ideas para que no divagues ni obvies algún argumento. Además, emplea ejemplos bien ilustrativos cuando lo creas necesario y usa frases concluyentes e impactantes, que llamen su atención y queden grabadas en su memoria.