Ser asertivo, coloquialmente es entendido, como ser capaz de decirle no a las personas que nos rodean, independientemente del lazo afectivo que nos une; cuando sentimos que sus exigencias o solicitudes irrespetan nuestras necesidades. Sin embargo, la comunicación asertiva implica mucho más que eso.
¿Qué es la comunicación asertiva?
La comunicación asertiva es la manera de expresar, respetando lo que sentimos y pensamos, nuestras ideas y puntos de vista; sin descalificaciones, reproches o enfrentamientos; sin ser pasivos ni agresivos.
En ella, es indispensable guardar coherencia entre el mensaje que se expresa de manera oral y los gestos y expresiones corporales que lo apoyan. Asimismo, debe mantenerse una actitud empática con los interlocutores.
En conclusión, de lo que se trata es, de expresar ideas y sentimientos, de manera sincera y respetuosa; en un ambiente positivo y sin ánimos de generar conflicto.
¿Cuáles son las características de una comunicación asertiva?
1. Existe comunicación visual entre todos los participantes. Esto demuestra interés e incrementa la confianza y cercanía con el personal.
2. Se mantiene una postura corporal abierta, que demuestra interés por el otro y deseos sinceros de escuchar sus comentarios.
3. Se emplean gestos adecuados para acompañar, de manera coherente, lo que queremos expresar.
4. Se emplea un tono de voz adecuado, audible para todos sin necesidad de ser percibido como reclamo o regaño.
5. Nadie monopoliza la conversación. Todos disponen del tiempo requerido para expresarse.
6. Las intervenciones aportan valor al tema tratado y no se hacen con la intención de interrumpir a nadie.
Comunicarse asertivamente con los empleados y colaboradores, ayudará a que el mensaje que se desea transmitir sea interpretado tal cual como fue emitido. Por ende, no se generarán tergiversaciones ni se crearán malentendidos. Pues, si en algún caso diera lugar a ellas, la misma comunicación asertiva permitiría a todos aclararlas.
