Los lineamientos a seguir en el tema de la gerencia y del liderazgo son los mismos desde el milenio pasado. Sin embargo, los malos gerentes parecen abundar cada día más. ¿Estaremos haciendo algo mal?
Desde los inicios de la gerencia nos han enseñado que se debe gobernar con mano de hierro, diciéndole a los empleados qué hacer y tomar las decisiones por nuestra cuenta.
Hoy en día nos damos cuenta de que todo esto es falso. ¡Los buenos gerentes lideran a través de la confianza, no del miedo! La idea es contratar a un personal inteligente y capacitado que pueda lograr cosas increíbles.
Ahora bien, en esta oportunidad te presentamos varias de las cosas que dicen los malos gerentes. Si alguna aplica a tu persona, es hora de que hagas algunas cosas distintas.
Los líderes falsos gritan, amenazan e intimidan a los empleados. Tratan con desprecio e inferioridad a todos sus trabajadores, además de no tener la confianza necesaria con ellos.
No piden ayuda. ¿Pedir una mano? Eso no entra dentro de su vocabulario. No se sienten cómodos estableciéndose al mismo nivel que el resto de sus empleados, y no le agradece su ayuda.
No aceptan que sus empleados sepan mucho más sobre ciertos temas (o hasta de su mismo trabajo) que él mismo. Rechaza el concepto de que necesita más a sus empleados de lo que ellos lo necesitan a él.
Los malos gerentes no entienden que su enfoque de gestión anticuado está costando el talento y dinero de su empresa
No se preocupa por los “problemas personales” de sus empleados ni se molesta en crear un ambiente de trabajo cómodo y confiable.
Por último, recuerda que la contribución de cada uno de los trabajadores de una compañía es valiosa. Los negocios prosperan con el cambio y con enfoques frescos sobre una buena gerencia.