¿Puedo considerarme un líder proactivo o reactivo?

¿Cuántas veces has escuchado que debes ser más proactivo tanto en tu vida personal como en tu desempeño como líder?

A veces las personas enfrentan una situación de crisis o un problema. Lo mismo pasa con las empresas y organizaciones. Estas situaciones pueden pasar a menudo, pero, es allí donde debemos dejar de ser líderes reactivos y convertirnos en líderes proactivos.

Los líderes reactivos permiten que sus acciones se vean determinadas por situaciones externas; están siempre en la constante espera de que algo suceda y, en la mayoría de los casos, solamente reaccionan a las necesidades de la empresa. Por su parte, los líderes proactivos siempre toman la iniciativa, emprenden acciones y hacen que las cosas sucedan.

Tener un liderazgo proactivo es una señal de buena actitud frente a la vida. Esto es innovación, visión, estar alerta, disposición a los cambios y a mejorar la planificación. Ser proactivo consiste en anticiparse a los problemas antes de que estos sucedan. Estos líderes tienen iniciativa y así como comienzan las cosas, las terminan. Asumen responsabilidad y viven bajo un compromiso; siempre tienen motivación para llevar a cabo sus acciones y buscan posibilidades.

Un líder proactivo no necesita ser movido, él se mueve y mueve a los demás.

¿Cómo identificar mi liderazgo?

1. ¿Estás buscando continuamente nuevas oportunidades?
2. ¿Fijas objetivos efectivos orientados al cambio?
3. ¿Anticipas y previenes problemas?
4. ¿Haces cosas diferentes o actúas de forma diferente?
5. ¿Emprendes la acción y te aventuras a pesar de la incertidumbre?
6. ¿Perseveras y persistes en tus esfuerzos?
7. ¿Consigues resultados tangibles?

Si tus respuestas fueron afirmativas, significa que tienes un liderazgo proactivo. Si algunas de tus respuestas fueron no, quizás te hace falta motivación interna.

Este es el mejor momento para dejar de ser reactivo y comenzar a tener un liderazgo proactivo.

¿Qué tipo de liderazgo es el tuyo? ¡Comparte con nosotros tu opinión!