El bootstrapping, en el mundo de los negocios, significa poder utilizar tus propios recursos para emprender. Se trata de gestionar el flujo de efectivo, y generar internamente los fondos necesarios para crear un negocio. Es emprender con todo lo que tengamos al alcance.
De esta forma, el emprendedor mantiene el control entero del negocio, porque no necesita la participación de business angel, ni conformar una sociedad.
Hacer más con menos: Un arte y una ciencia
El Boostrapping es un arte porque hay que tener bastante imaginación para sacarle lo máximo a los recursos que tenemos al alcance.
Por otro lado, es una ciencia porque hay que probar el producto en el mercado, medir los datos para mejorar, comprobar las mejoras... Y para esto se utilizan métodos científicos.
Autofinanciación
Este tipo de emprendimiento supone un cambio de mentalidad. Se debe tener más prudencia, ingenio y ahorro, para tener menos deuda. La idea es buscar clientes, mas no inversores. Por esto, realizar un micronegocio para tener otra fuente de dónde capitalizar el proyecto, puedes ser una decisión interesante.
Algunas recomendaciones para el bootstrapping
Antes de iniciar el proyecto para elaborar un producto o servicio, primero se deben responder algunas preguntas: ¿la idea es válida? ¿Es factible? ¿responderá a las necesidades que propone?
Y a estas preguntas, gente imparcial, expertos y potenciales clientes, pueden dar las respuestas necesarias. Esto tiene como propósito saber si realmente existe un mercado objetivo que pueda estar interesado.
Muchas veces, los emprendedores cometen el error de tratar de convencer a los inversores de que su empresa es única. Pero la verdad, es que aquí importa más persuadir a los clientes con un producto genuino, que satisfaga sus necesidades. Y es que de ellos depende el éxito del negocio, no de los inversores.
Según un artículo clave sobre el Bootstrapping, escrito por Guy Kawasaki, estos son los 11 principios básicos que el emprendedor debe tomar en cuenta antes de invertir en el proyecto:
- Céntrate en la caja, no en la rentabilidad.
- Planifica de abajo a arriba.
- Entrega y luego prueba.
- Olvida eso del equipo“con experiencia”
- Empieza como empresa de servicios.
- Enfócate en la función, no en la forma.
- Escoge bien tus batallas. No puedes costear pelearlas todas.
- Siempre vé escaso de personal.
- Vé directo al cliente.
- Posiciónate contra el líder: no tienes tiempo de explicar tu historia desde el principio, así que posiciónate contra la competencia.
- Y por último, coge la “pastilla roja” (haciendo referencia a The Matrix). La pastilla roja es la que te llevará a conocer toda la verdad; no puedes costear elegir la pastilla azul, con la que solo te preguntarás si realmente tu idea vale la pena.
Como siempre, una joya. Es un placer leer este contenido, muy bien explicado y alentador.