Muchos fueron bendecidos con un espíritu emprendedor, dotado de mucha imaginación y que siempre busca crear. Pero ser emprendedor es un desafío, es un vaivén de emociones, en las que un día estás en lo más alto, y otro día en el subsuelo. Para que esto no ocurra con tanta frecuencia, la clave es fortalecer tu espíritu de emprendedor. Debes aspirar al éxito, mantenerte firme y no dormirte en el camino, a pesar de que éste último se torne oscuro. Por eso te daremos unos cuantos consejos, que te ayudarán a fortalecer esta gran capacidad:
Ten fe en ti
Si crees que tu meta es muy lejana, y que te será imposible alcanzarla, no lograrás emprender. La confianza es la base sobre la que inicias algo, y debes transmitirla a todo tu equipo (socios, clientes, trabajadores).
Evalúate
Antes de dormir, evalúa lo que has hecho en el día. Qué has logrado, qué no; y por qué lo has logrado, o no. Cosas como la apatía, el conformismo, y la permanencia en la zona de confort, son enemigos letales para emprender.
Establece tus metas
Lo primero que hay que hacer, es trazar un objetivo. Si no lo haces, estarás caminando sin rumbo; evalúa qué acciones te acercarán a lo que deseas.
Asegúrate de que éstas sean posibles
Es válido soñar en grande, pero asegúrate de también soñar en posible. Debes trabajar siempre con los pies bien puestos sobre la tierra. Tus metas deben poderse cumplir, porque si trazas objetivos que no son factibles, te confundirás y decepcionarás al no lograrlos.
No le temas a tu imaginación
Todos somos creativos en mayor o menor medida. Trabaja todos los días para crear nuevos planes para el negocio. Puedes reunirte con tus colaboradores para hacer una “tormenta de ideas” de la que, a veces, salen interesantes planteamientos que pueden ayudar a hacer crecer tu empresa. También puedes contratar asesores para darte más ideas.
Actúa con velocidad
No le des tantas vueltas a una idea. Si crees que tendrá éxito, desarróllala; pero tampoco te lances al vacío. Recuerda evaluar tu propuesta, y si esta es merecedora de tu esfuerzo, hazlo.
Valora a tu equipo
Respeta a tus trabajadores, y dales el valor que merecen. Si les das este incentivo, les transmitirás confianza, y mejores resultados obtendrás de ellos.
Sé constante
Tu trayecto siempre estará repleto de riesgos y peligros. Debes aprender a esquivarlos, y a desarrollar la destreza de superarlos. Ser constante es clave para dejar atrás los inconvenientes y perseverar.