Marilyn Méndez estuvo en 0800Flor para contarnos que ella se sumó a la titánica tarea de ayudar a su niño con autismo y de paso ayudar a otros.
Marilyn nos explicó que actualmente está haciendo una campaña denominada Una Mano por el Autismo. Ella quiere a través de esta campaña dar a conocer lo que es el Autismo y crear conciencia, pues Venezuela es uno de los países donde no se habla del tema.
Su hijo Gabriel, quien tiene 2 años y 10 meses, fue un bebe prematuro y estuvo en terapia intensiva. Cuando por fin salió de la clínica, estuvo en terapias porque estaba hipertónico, es decir, muy rígido y después, estuvo bajo observación. A los 18 meses, le dijeron que no fijaba la mirada y al hacerle un despistaje de autismo en CEPIA, fue diagnosticado y tuvo la suerte de ser becado por la Fundación Autismo en Voz Alta donde estudia desde entonces.
El problema con Gabriel es que no habla; recibe terapias todos los días y se le han practicado evaluaciones auditivas y tomografías, pero solo emite balbuceos como un niño de 9 meses. Si bien camina y realiza actividades, no interactúa con otros niños.
Para buscar recursos para costear los estudios de Gabriel, Marilyn está llevando a cabo una verbena el 10 de Diciembre en el Club Sofa de las Mayas en el área de picnic. Las entradas tendrán un valor de Bs. 60 y los niños no pagan.
Una de las terapias que benefician a los niños con Autismo es la delfinoterapia, y para hablarnos de eso y ayudar a Gabriel y a Marilyn estuvo conversando con nosotros AnnMargaret Mejía. AnnMargaret nos dijo que los delfines de manera natural, emiten unas ondas que son sónicas y que estimulan todo el sistema nervioso central de los niños, generando a la vez unas hormonas que ayudan a mejorar las sinapsis en los niños.
La usan en niños que tengan algún padecimiento como Síndrome de Down, Autismo, Parálisis Cerebral, y en adultos con mal de Alzheimer, mal de Parkinson, esquizofrenia e incluso han llegado a usarla con pacientes con problemas de drogadicción y alcoholismo.
La terapia con delfines se basa en que, durante 15 días, los niños son estimulados por los delfines por medio de sus ondas sónicas.
Antes de iniciar el tratamiento, le hacen un diagnóstico para corroborar el diagnóstico que ya trae el niño y así establecer el punto de partida y los objetivos que se quieren lograr basados en la potencialidad del niño. Cada paciente se trabaja de manera independiente.
AnnMargaret dijo que los cambios con esta terapia se comienzan a ver a partir de la cuarta sesión, con los hábitos de sueño y apetito, aunque no son los mismos cambios para todos los pacientes. Los niños con autismo comienzan a fijar la mirada por tiempos prolongados, comienzan a trabajar los tiempos de atención y el balbuceo. AnnMargaret Mejía dijo que consiguieron una fundación que va a costear el cupo de la delfinoterapia en Waterland en Pampatar para Gabriel.