A muchos nos ha pasado que llegamos de unas vacaciones fuera de casa y nos encontramos con la desagradable sorpresa de tener comida en mal estado.
Sin embargo, darse cuenta del estado de ciertos alimentos puede no ser tan sencillo. No todos nos alertan con olor extraño; lo que puede ahorrarnos una visita a la sala de emergencias.
Ingerir alimentos en mal estado puede tener consecuencias que perjudican nuestra salud
¡No te preocupes! Estamos aquí para ayudarte a identificar toda esa comida de dudosa calidad.
Carnes blancas. Si quieres verificar que el pescado se encuentre en buen estado, debe emanar un suave y agradable olor, acompañado de un aspecto brillante en todo el cuerpo.
Si las escamas están bien adheridas y de forma compactada, los ojos están brillosos y las branquias rojas y húmedas, ¡no tienes nada por qué preocuparte!
En el caso del pollo es mucho más sencillo. Si notas que la piel tiene manchas, y se tornó de color rosado, es hora de sacarlo a la basura.
¡Dile adiós a la comida en mal estado!
Carnes rojas. Para evitar cualquier tipo de problemas con tu proveedor de carnes rojas, procura comprarlas en locales que conozcas. Lo ideal es que estén expuestas en vitrinas acondicionadas especialmente y sin ningún tipo de lámparas
La carne de res tiene que poseer un color rojo intenso y olor agradable. Si aún tienes dudas, presiónala con un dedo. Si se forma un pequeño hoyo que desaparece casi al instante, tu carne está fresca.
Cuando tienes algún tipo de corte de cerdo, fíjate en que el hueso sea de color rojizo, mientras que la carne tenga consistencia compacta y un tono rosa claro.
Por último, tenemos los huevos. Existe una técnica sencilla para saber si están frescos sin la necesidad de romperlos o desperdiciarlos. Toma un envase con agua salada y, si el huevo se hunde, podrás saber con seguridad de que es fresco y crudo.
Se identifican de esta manera porque la porosidad de la cáscara permite la entrada del aire, que se va acumulando con los días, haciendo que el huevo flote.
¡Así de sencillo! Ya no tienes que desperdiciar todos esos alimentos si no estás seguro de su estado. Lo importante es cuidar tu salud y la de tu familia.