Si de verdad quieres dormir y no puedes conciliar el sueño, lo peor que puedes hacer es esforzarte demasiado en conseguirlo.
Seguramente, te ha ocurrido que te acomodas en la cama, a tiempo; te sientes tan cómodo bajo las sábanas que podrías asegurar que en segundos, estarás profundamente dormido. Pero media hora más tarde, todavía estás despierto.
Entonces, tu mente comienza a correr 10 kilómetros por minuto. Das vueltas en la cama y, de repente, son las 2 a.m. y tienes que levantarte en cuatro horas. Molesto, te preguntas: ¿cómo pasó esto si me acosté temprano?
Fácil. te esforzaste demasiado en conciliar el sueño. ¿La solución? Debes levantarte de la cama tan pronto como te des cuenta de que tienes problemas para dormir.
En caso contrario, tu mente deja de pensar en tu dormitorio como un lugar para descansar.
Levantarte y moverte a una habitación diferente, con poca luz, ayudará a solucionar este problema.
¿Necesitas y quieres dormir? También puedes intentar leer o meditar. Luego, justo cuando sientes que estás a punto de quedarte dormido, vuelve a la habitación.
Además, utilizar el celular una vez que se está acostado, es la peor opción que se puede tomar
¡Tus ojos y tu mente necesitan descansar! Hoy, se tiene la mala costumbre de nunca despegarse de una pantalla digital. Esto también ayuda a que no puedas conciliar el sueño.
Si por la mañana te despiertas muy cansado, o sientes que esas horas que dormiste no sirvieron para nada, permítete dormir más. Así sean unos treinta minutos adicionales. Recuerda que tu cuerpo no debe encontrarse en un constante maratón.