Si cuentas con una tarjeta de presentación que transmita el mensaje correcto, el éxito está asegurado.
Las tarjetas de presentación son una parte integral de cualquier buen plan de mercadeo. Por su tamaño y costo son, posiblemente, la herramienta más poderosa.
Estas pueden determinar la primera impresión que el cliente tendrá acerca de ti. De hecho, esa pequeña tarjeta tiene la misma capacidad de causar impresión tanto como tu apariencia personal. Por ello, necesitas escoger un diseño de tarjeta apropiado para tu negocio y tu estilo personal.
Para esto, te diremos 5 estilos diferentes de tarjetas que debes considerar:
Tarjetas básicas
Este tipo de tarjetas generalmente están impresas en tinta negra sobre un color blanco o crema. Es un buen estilo si la utilidad es todo lo que necesitas. Es un enfoque sencillo y práctico que puede atraer clientes actuales y potenciales que no se impresionarían por otras características, ya que solo les interesa tu información de contacto.
Tarjetas con fotografías
Tener tu cara en la tarjeta ayuda a que tu contacto te recuerde con mayor facilidad la próxima vez que te vea. Recuerda usar una imagen que represente tu producto o servicio. Esto ayudará a comunicarte mejor.
Tarjetas táctiles
Existen tarjetas que no se distinguen por su aspecto sino por su textura. Puedes hacer uso de materiales no estándares, como el metal o madera. También puedes usar formas inusuales, bordes, pliegues o estampados. Este tipo suele ser más costoso que las tarjetas regulares. Sin embargo, para algunas empresas, un poco de costo puede que valga la pena.
Tarjetas multiuso
Una tarjeta puede tener más de una función (tener tu información). También pueden servir como un cupón de descuento, un recordatorio de cita o cualquier otra función que le puedas dar. Por ejemplo, un restaurant puede incluir un mapa en el reverso de la tarjea para que cualquier invitado sepa cómo llegar.
Tarjetas fuera de lo común
Una tarjeta que sea realmente original puede llamar el doble de atención. La creatividad no tiene límites, solo conoce la cantidad de dinero que planees gastar. Algunos ejemplos son las tarjetas hechas de chocolate, o las que pueden convertirse en cajas miniatura para guardar artículos en ella.