Lavar tu rostro con miel es una forma de obtener beneficios de la limpieza de la piel. Aunque pienses en la miel como algo que se sirve en el té o se extiende sobre una tostada, también hay muchas formas en que puedes utilizarla en tu rutina de cuidado de la piel.
¿Cómo funciona la limpieza con miel?
Cuando te laves la cara con miel, debes humedecerla y masajear suavemente un poco de miel cruda en la cara. Enjuaga bien y continúa con la crema hidratante o lo que sea que venga en tu rutina de cuidado.
La miel es calmante, rica en nutrientes y se dice que tiene propiedades antibacterianas naturales. Esto la hace ideal para pieles sensibles o propensas al acné
Se supone que esta limpieza es más suave y, además, respalda la barrera protectora de la piel. A su vez, reduce las imperfecciones y los brotes
Además, notarás que la humedad en la piel parecerá más equilibrada y el tamaño de tus poros habrá disminuido.
Puedes usar miel directamente de la botella o encontrar un producto para el cuidado de la piel que la contenga en sus ingredientes.
Existen muchos productos y limpiadores hechos para pieles grasas o propensas al acné. Normalmente, tienden a hacer que la piel se sienta apretada después de usarlos. Sin embargo, la miel no posee este mismo efecto.
¡Es un ingrediente que vale la pena probar! Si está buscando algo nuevo, fácil de encontrar y asequible, podría ser la respuesta.
