Ojalá existiera una fórmula secreta para ser un buen gerente. No obstante, es un proceso que tiene muchos pasos a seguir y en el que influyen una gran cantidad de factores externos.
Sin embargo, tenemos varios requisitos que, al ser cumplidos, te ayudan a recorrer gran parte del camino hacia una gerencia exitosa.
Elige un campo de actividades con cuidado. La idea es que trabajes en algo que te guste, ya que es bastante difícil ser productivo si no te nace un entusiasmo genuino.
Este consejo aplica para cualquier tipo de trabajador, no necesariamente para un gerente.
Debes contratar exclusivamente y tienes que estar dispuesto a despedir. Es obvio que lo ideal es que cuentes con un equipo fuerte, balanceado y capacitado. Si la calidad de tus trabajadores es mediocre, tus resultados no serán distintos.
Lo peor que puede pasar es conservar a un empleado que no rinde lo suficiente.
Un buen gerente se encarga de reemplazar al trabajador insuficiente o transferirlo a un sector donde pueda tener éxito
Crea un ambiente productivo. Ofrece un sistema de información que brinde más poder a los empleados, o intenta mudarlos a un espacio de trabajo conjunto. Si no, ofréceles su propia oficina.
Debes sentirte cómodo estando en compañía de otros. Si no disfrutas de la presencia de los demás, no podrás conducirlos por la senda que deseas.
También tienes que ser capaz de comunicar tus ideas. Así alientas a tu personal a que te digan qué es lo que está ocurriendo diariamente, ya sea bueno o malo.
Es crucial que fortalezcas la moral de tu personal. Trabajar exclusivamente para los gerentes que no reconocen los logros, es algo que no les gusta a los empleados.
Que se sientan importantes, escuchados, respetados y valorados logrará que puedan compartir sus grandes resultados.