El estrés laboral es una reacción fisiológica, durante la cual, distintos mecanismos de defensa intentan afrontar una situación laboral que atenta contra nuestra estabilidad.
Cuando nos acostumbramos a un estilo de vida agitado en el trabajo, casi nunca percibimos el nivel de estrés laboral que cargamos. Le quitamos importancia pensando que no hay forma de combatirlo. Esto lleva a presentar síntomas como ansiedad, nerviosismo, angustia e inquietud. Sin embargo, muchas veces, podemos estar estresados sin darnos cuenta.
¿Por qué pasa esto?
La sobrecarga de trabajo, el exceso de responsabilidad, y la sobre valoración del éxito o el fracaso son los factores que más influyen en el nacimiento del estrés laboral. Traen angustia, y aunque no lo notemos, influyen significativamente en nuestra cotidianidad. También influye el ambiente social en el espacio laboral. Esto incluye la relación que llevamos con nuestros compañeros de trabajo y nuestros jefes, que no siempre es positiva.
Para evitar que estos elementos se conviertan en algo más importante de lo que deberían ser, hay ciertas pautas que se pueden seguir:
Repasa y organiza tus tareas del día
Analiza tus asignaciones diarias. Asegúrate de tener todo lo que necesitas para cubrirlas al llegar al trabajo. Regresar a casa por alguna cosa que hayas olvidado puede causar mucha tensión y estrés.
Planea tus tareas
Debes ponerle prioridad a tus responsabilidades. Cierto es, que muchas veces tenemos demasiadas cosas que hacer; pero si no las organizamos adecuadamente con atención a las prioritarias, las demás pueden salir mal.
Toma tiempo para pensar
Debes brindarle la atención necesaria a cada tarea. Muchas veces tenemos tantas obligaciones que no nos enfocamos en hacerlas todas bien; peor aún, solo queremos finalizarlas. Esto reduce la eficiencia y productividad.
El descanso puede aliviar el estrés laboral
Muchas empresas cuentan con salas de descanso, donde te puedes reunir con otros empleados para relajarte y distraerte, al menos 10 minutos. Trabajar sin parar por horas hará que tu concentración disminuya, además de tu capacidad de retención.
Desconéctate del trabajo cuando estés fuera
Esto puede suponer un gran reto. Pero es un punto que puede llevar el estrés a su máximo nivel.
Disfruta tus días libres, y deja tus tareas cubiertas con antelación. Olvida todo el tema laboral, y así regresarás al trabajo con mucha claridad mental.
No debes dejar que el estrés acabe con tu paz. Hay demasiadas cosas que puedes hacer para eliminarlo; puedes comer sano, dormir suficiente, drenar con ejercicio, dejar las preocupaciones fuera de casa, organizarte y ser racional y realista con tus tareas.
