Siempre hemos escuchado que debemos tener cuidado con la bebida, en locales, fiestas y reuniones. Sin embargo, no nos damos cuenta que nuestra seguridad, hoy en día, es un tema delicado; ya que ha aumentado el criminal acto de añadir drogas a bebidas sin el consentimiento y conocimiento del consumidor, para poderlo someter con facilidad.
Es primordial saber que tu trago no tiene alguna sustancia que pueda provocar algún peligro para tu salud. Pero, ¿cómo detectar si mi bebida ha sido manipulada?
Según la Encuesta Mundial sobre las Drogas (GDS), las más comunes que se usan para los ataques asistidos por drogas son el Rohipnol, la ketamina y el gamma hidroxiburitato (GHB)
Lo esencial para saber si tu bebida fue alterada, es observar con cuidado cómo interactúas y visualizas tu entorno. En el caso de la ketamina, ésta puede distorsionar los sonidos y la vista. También es posible que te sientas desconectado de la realidad y desconcertado.
Si ves que tu bebida tiene un color diluido o con un tono que no es el normal, es probable que una droga haya sido introducida. Entre los síntomas que podrías presentar se encuentran los mareos, dificultad para hablar o moverse, dolor de estómago, sueño en exceso, distorsión de la percepción visual, entre otras.
Para tu seguridad, te ofrecemos estos consejos pata tener en cuenta a la hora de salir a beber:
Evita consumir hielos. Es el vehículo perfecto para suministrar cualquier tipo de enervantes.
No pierdas de vista el vaso o el recipiente del que estás bebiendo. Nunca sabes quién está esperando que te distraigas para alterar tu trago.
No aceptes bebidas de personas que no conoces. Las intenciones de las personas pueden esconderse muy bien detrás de una sonrisa agradable.
Si el trago tiene un sabor extraño, descártalo. No te arriesgues a pensar que el licor es de mala calidad. Si no sabe como siempre, no te lo tomes.
Si comienzas a sentir alguna sensación extraña, busca ayuda. No te separes de tus amigos para que te ayuden en cualquier situación.
Lo más importante es tu salud y seguridad. La mejor solución es prevenir, por eso, ¡nunca bajes la guardia!
