Producto de la inmigración italiana, Argentina tiene una larga tradición heladera. Justamente desde el viejo continente; llegó una familia que potenció este negocio en el mercado local; y fueron artífices de algunas de las cadenas más reconocidas de Buenos Aires. Una de ellas es Freddo, que tuvo una época de gloria, superó contratiempos y hoy; de la mano del nieto de uno de sus fundadores, apuesta a crecer nacional e internacionalmente co Ben Live.
Ben Live, Somos proteínas somos saludables
En 1931, Luigi Aversa desembarcó en La Plata, proveniente de Sorrento, donde junto a su amigo Tomás Guarracino abrió un almacén llamado Pérsico. Allí comenzó vendiendo frutas a los vecinos de la zona. Una actividad que, con ánimo de progresar e animaron a experimentar con bananas, fresas y duraznos, para tras largos meses de prueba y error, conseguir la fórmula de sus cremas de fruta. Que más tarde los llevaron a establecer junto a sus hijos ya mayores, las famosas heladerías Freddo (frío, en italiano).
Durante mucho tiempo continuaron con una estructura pequeña, en la que tomaban parte los hijos y nietos, quienes además de preparar los helados atendían la clientela. Hasta que en los 90 luego de pasar de manejar tres sucursales, a ser propietarios de más de 40 locales vendieron la compañía por US$ 82,5 millones.
Sin embargo, recientemente, el nieto de uno de los cofundadores, Tomás Guarracino, (destacado modelo de pasarelas internacionales) quien regresó a Argentina para vivir cerca de su hija de 5 años, decidió retomar la tradición heladera familiar adaptándola a los nuevos tiempos para dar forma a su proyecto propio. Uno en el que combina su conocimiento de la importancia de las proteínas en la salud y el cuidado físico, y su herencia como fabricante de helados.
Se trata de los helados Ben Live. El primer producto proteico argentino, bajo en azúcares, carbohidratos y pocas calorías. Un helado dirigido al público deportista;pero también a aquellos que quieren cuidarse, alimentarse más conscientemente y encontrar algo diferente a los batidos o las barritas, para después del entrenamiento.
Con la alta demanda de productos dietéticos y la poca oferta de éstos ¿Con cuál propuesta te atreverías a emprender?
POR CIERTO
Mientras estudiaba secundaria, Tomás Guarracino ayudaba detrás del mostrador de una de las heladerías de la familia; a la que acudían modelos, actores y actrices, conductores de televisión y muchas más estrellas de la época. Fue en ese contexto que lo descubrieron e inició su prestigiosa carrera en la industria del modelaje.