Boris Cuapio y Hugo Osorio, dos emprendedores y diseñadores informáticos mexicanos, han sido colegas desde que estudiaron juntos en la universidad y siempre suelen unir fuerzas para realizar los trabajos y proyectos con la mayor calidad posible. En esta ocasión lo hicieron por los demás.
Un día como cualquier otro, Boris Cuapio estaba jugueteando con la API del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México, el organismo federal encargado de los censos y registros de todo México, cuando se dio cuenta de que acceder al más simple de los datos era toda una pesadilla. Así fue como se planteó mejorar el sistema.
Boris le comentó su reto personal a Hugo quien se encontraba intrigado, ya que ninguno de los dos tenía experiencia en el campo de la programación informática, pero decidieron intentarlo. Boris y Hugo se convirtieron en desarrolladores autodidactas.
Tras varios cálculos, Boris estimó que la base de datos no debía exceder de los 1.500 indicadores, cuando en realidad el INEGI contaba con más de 153.000 indicadores que resumen desde la actividad económica hasta los índices poblacionales, lo cual explicaba por qué era tan difícil de accesar a la base de datos.
Los dos colegas se pusieron a investigar y se dieron cuenta que, cuando una persona intenta obtener información de este organismo, se encuentra con dos opciones, o descargar la base de datos en un formato PDF desordenado e inentendible o intentar conectarse a la base de datos usando un servicio web sumamente complicado. Estas opciones eran tan difíciles que ninguna persona lograba utilizar estos datos tan útiles, eliminando la posibilidad de que sean aprovechados.
Tras pasar una gran cantidad de tiempo capturando más de mil indicadores a mano, Boris y Hugo fueron capaces de lanzar INEGI Fácil en Noviembre de 2013, un simple programa que permite a los usuarios visualizar de manera simple todos y cada uno de los datos públicos del INEGI. Por varias semanas, su sitio web tenía dos a tres visitas diarias, sin embargo, el funcionamiento del sitio era admirable y además capturaba la información nueva en la base de datos del INEGI y la mostraba con un diseño limpio y una navegación sencilla.
Por mera curiosidad, Boris decidió revisar el correo de contacto del proyecto para encontrar un sólo mensaje que, para su sorpresa, era del director de comunicaciones del INEGI quien se encontraba maravillado por su proyecto, tras confesarle que en un principio los habían querido demandar por suplantar al INEGI y usar sus datos, pero reconocieron que lo que estaban haciendo era muy valioso y decidieron felicitarlos por su trabajo.
Así fue como el dúo empezó a trabajar en la segunda versión a marchas forzadas pero obteniendo un programa más ágil, limpio y con más indicadores que traían todavía más datos, adicionalmente, empezaron a experimentar con una visualización más detallada, como tablas, gráficos y mapas. Gracias a todo esto y más el apoyo de las asociaciones, Boris y Hugo han sido muy visible en los medios y hasta fueron contactados por la Presidencia de la República de México
Actualmente, Boris y Hugo siguen trabajando en expandir el acceso a visualización de datos sobre energía y telecomunicaciones. INEGI fácil es hoy un emprendimiento social que actualiza día a día la forma en que los ciudadanos pueden consumir los datos de toda una región.
¿Es un negocio rentable el desarrollo de plataformas y proyectos que promuevan el aprendizaje autodidáctico?
Información clave de nuestra historia:
- Los primeros códigos de lenguaje de programación designados para comunicarle instrucciones a una computadora fueron escritos en 1950.
- Una persona autodidacta demuestra tener una gran capacidad de esfuerzo, sacrificio y organización, ya que estudia algo por iniciativa propia, sin estar obligado, con continuidad y por el simple placer de conocer algo nuevo. El autodidacta no se pone límites y puede llegar a dominar uno o más temas a alto nivel si se lo propone, algo sumamente difícil cuando no nace del corazón. Adicionalmente, los autodidactas tienen la libertad de horarios flexibles ya que pueden estudiar cuanto, cuando y donde lo deseen.
- El aprender de forma autodidacta no es necesariamente más fácil o eficiente que las formas tradicionales de aprendizaje, en especial porque la ayuda de un profesor siempre es beneficiosa. El hecho de aprender de forma flexible y con los recursos que se elijan conlleva la imposibilidad de poder reconocer lo aprendido por medio de títulos o certificados oficiales, los cuales sí emite cualquier entidad de enseñanza.