Griselda Dugarte, es una joven caraqueña, que se trasladó hace algún tiempo a estudiar a Barcelona, España. Allí, donde su sueño de muchos años atrás, de crear un espacio íntimo y particular, se fue haciendo cada vez más fuerte. Lo que, con ayuda de familiares pudo hacer realidad, dando vida a Café Frenesí; un lugar diferente a cualquier cafetería típica.
Café Frenesí. El café con sello venezolano que conquistó a los catalanes
Para su fundadora, lo que distingue a Café Frenesí, es que se trabaja con “café de Especialidad”. Tendencia ésta que busca preservar la esencia de este producto desde la cosecha hasta su consumo. Además, los granos provienen de Guatemala, Colombia y otras partes del mundo. Buscando con ello, ofrecer a los clientes la oportunidad de experimentar en sus paladares nuevas sensaciones.
Así, además de variedad de granos y diferentes tipos de café, en el lugar pueden encontrarse opciones para desayunar y también, propuestas para merendar deliciosos postres. La mayoría de los productos son orgánicos o de origen local y hay muchas opciones veganas y vegetarianas.
¿Qué distingue a este Café?
Este negocio es un proyecto familiar en donde sus fundadores trabajan todos los días para complacer a sus clientes y mantenerse como una cafetería no convencional, lo que se nota desde que la persona cruza la puerta. Su premisa, hacer una pequeña diferencia en el día a día de la persona que entra en Frenesí. Con la calidad del producto, con una sonrisa sincera, intentar establecer conexión con el cliente. Consciente de que con un café es posible alegrar y marcar una diferencia en una persona, teniendo presente que el mundo necesita más de lo simple: sensibilidad humana, atención, tiempo.
El objetivo ha sido convertirse en una pausa para alguna madre que no consigue tiempo para sí misma. Un break para el estudiante que va agobiado. Un stop para el trabajador que necesita un respiro. Un buen descubrimiento para el turista. Un sitio, donde sin importar si se es residente o sólo se está de paso, todos son tratados con cariño.
INTERESANTE
El grano de café más caro del mundo, por su rareza y exotismo, es el Kopi Luwak, un café recolectado en los bosques de Sumatra y Java. Que es extraído de las heces de la civeta, un mamífero parecido a la mangosta, en cuyo tracto digestivo existen enzimas que le confieren un sabor único.
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