La madre naturaleza es una fuerza incontrolable para el hombre, sin embargo, el espíritu emprendedor se enfrenta ante ella, abriendo todo un mundo de posibilidades. Este es el caso de Inés Artozon, una emprendedora que no sabía lo que había creado hasta cuando se enfrentó a una fuerte nevada.
Inés Artozon, química farmaceuta chilena e investigadora de la empresa Agroquímica del Maule, de 85 años, suele dedicar su tiempo libre a cuidar las plantas de su jardín y de vez en cuando poner en prueba varios fertilizantes que ella misma prepara en el trabajo. Un día de invierno como cualquier otro, empezó a caer una fuerte helada que duro varios días, comúnmente, esto significa que la gran mayoría de las plantas no sobrevivirían tan bajas temperaturas por tanto tiempo.
Para su sorpresa, al finalizar la helada, los cultivos de Inés, sus frutas y hortalizas, se encontraban completamente intactos mientras que los de sus vecinos estaban dañados o simplemente no habían sobrevivido la fuerte helada. Intrigada, Inés decidió averiguar cómo había ocurrido este fenómeno tan peculiar.
Aprovechando las instalaciones de la empresa Agroquímica del Maule, Inés y su equipo iniciaron una investigación en sus cultivos hasta descubrir que la razón por las cual sus plantas sobrevivieron a la helada había sido el fertilizante desarrollado por Inés que ella misma aplicó sistemáticamente por varias semanas.
A medida que la investigación avanzaba, más pruebas eran realizadas y los resultados siempre eran los mismos, cuando las plantas eran expuestas a este fertilizante foliar de manera sistemática, las plantas lograban fortalecer sus defensas para soportar un total de -5 °C de su resistencia natural, es decir, si una planta sólo soporta hasta -3°C de temperatura, con el fertilizante soportará hasta -8°C.
Luego de confirmar que este nuevo fertilizante no dejaba rastros en la cosecha para facilitar la exportación de los cultivos y cambios en el aspecto, como el pH para asegurar el efecto del ingrediente activo, nació Cold Killer, un agroquímico no hormonal, fertilizante a prueba de heladas.
Para funcionar, es necesario mezclar el 1% del producto en cada 100 litros de agua y rociar a las plantas tres veces cada siete días y, posteriormente, tres veces cada diez o doce días mientras persista el riesgo de las heladas.
Una vez el fertilizante Cold Killer contaba con una imagen sólida, el nieto de Inés, Alejandro Christen, agrónomo de 32 años, decidió unirse al proyecto de su abuela y aprender todo acerca de esta gran innovación y a ir en busca de financiamiento para que fuera impulsada. Unidos en este esfuerzo han logrado mucho.
Tras de una fuerte nevada en Septiembre del año pasado, Cold Killer obtuvo una increíble relevancia en el mercado, llamando la atención de varios inversores hasta el punto de recaudar un total de $85 millones de dólares, fondos que están destinados para distribuir el producto a un nivel internacional y eliminar así las pérdidas económicas generadas por las nevadas en el sector agricultor.
¿Son los emprendimientos enfocados en contrarrestar los efectos de la naturaleza más propensos a recibir inversiones que los emprendimientos comunes?
Información clave de nuestra historia:
- Una edad de hielo sucedió hace aproximadamente 80000 años. Entonces las temperaturas medias globales llegaron a estar por debajo, en -5 °C, de los valores medios presentes.
- El cuidado del medio ambiente es algo que le interesa a la gran mayoría de las personas, sobretodo porque al descuidar al planeta Tierra no habrá otro lugar al cual ir, por lo que mantenerlo en el mejor estado posible es una prioridad. Sí es cierto que los inversionistas apoyan a los proyectos que más atención les llama y también a aquellos emprendimientos que tienen la mayor posibilidad de generar ganancias para recuperar la inversión, pero esto no elimina el hecho de que los emprendimientos en pro de la naturaleza puedan convertirse en un negocio rentable.