Freddy Paz, es un joven de 33 años de edad; que labora vendiendo en las calles marabinas bocadillos y productos de limpieza. Una actividad que; sensibilizado por las dificultades económicas que muchos niños y familias de la capital zuliana enfrentan; decidió combinar desde hace algunos meses, con la entrega gratuita de bolsitas de chucherías para niños necesitados. Por eso lo conocen como el “ delivery humanitario ”.
Un delivery humanitario con sabor a dulces y golosinas
Aunque Freddy es licenciado en ingeniería petroquímica de la Universidad Experimental de las Fuerzas Armadas, dadas las pocas oportunidades laborales en ese sector, reemplazó su actividad profesional por la venta de productos en las calles; lo que le ha permitido vivenciar con más cercanía las penurias de muchos de los transeúntes que se le acercan.
Ha sido así como ha tenido contacto con adultos mayores y niños que le manifiestan tener varios días sin ingerir alimento. Consciente de que no tenía ingresos suficientes para resolver los problemas de tantos, empezó a preparar bolsitas con chucherías y a entregarlas a los niños del lugar, quienes le retribuían el obsequio con una gran sonrisa y la felicidad de poder consumir nuestras galletas, chocolates, y otras chucherías tradicionales.
Viendo que su alcance era limitado, acudió a las redes sociales para dar a conocer su iniciativa y buscar apoyo. Uno que ha sobrepasado sus expectativas, pues son numerosas las personas altruistas que lo contactan por sus cuentas de Twitter e Instagram para hacerles donativos de galletas, chupetas y caramelos que, generosamente continúa repartiendo.
Aunque tiene claro que las golosinas no cubren las necesidades alimenticias de los niños empobrecidos; ve positivo continuar ofreciéndolas porque observa que al recibirlas los niños experimentan una muy positiva emoción; que se manifiesta en sus amplias y duraderas sonrisas.
Siendo el objetivo de los emprendimientos sociales generar un retorno positivo para la sociedad, ¿cómo puede medirse su éxito?
POR CIERTO
Freddy sueña con desarrollar un negocio exitoso para poder seguir ayudando a los niños necesitados, no solo con golosinas sino también con ropa y calzado. Una manera de ampliar su alcance como Delivery Humanitario.