El argentino Claudio Avignone y la colombiana Lina Agudelo, unieron su curiosidad científica para buscar cómo aprovechar los millones de toneladas de desechos del café que se producen en el mundo. Así nació la idea de convertir esos desechos en electricidad.
Desechos del café, para iluminar al mundo, sin contaminarlo
Claudio Avignone Rossa, es un argentino, se desempeña como docente, en la Universidad de Surrey, en Inglaterra; y desde hacía algún tiempo, venía colaborando con la Universidad de Antioquia (Colombia); donde conoció a Lina; quien se desempeñaba como investigadora de la Escuela de Microbiología de la Universidad de Antioquia.
Gracias a la interacción y trabajos compartidos, Lina puedo acceder a una beca de la Fundación Newton para hacer una pasantía en su laboratorio en la Universidad de Surrey, en Inglaterra.
A ambos, les preocupaban las fuentes de contaminación ligadas a la producción y consumo del café; que principalmente tiene 2 orígenes:
- De fruto de café, sólo se aprovecha la semilla, que representa un 20%. El restante 80%, es decir, la pulpa; es descartada arrojándola en cursos de agua o terrenos donde se descompone y contamina.
- Luego de que el grano es lavado, secado y exportado; en gran parte es usado para fabricar café instantáneo. Proceso que resulta muy contaminante,
Como Claudio ya venía trabajando con dispositivos que se llaman celdas de combustible microbianas, le propuso a Lina estudiar la posibilidad de utilizar los residuos de la producción de café para producir electricidad.
¿Cómo funciona?
Así, aprovechando comunidades microbianas provenientes de las plantas de tratamiento de agua y celdas de combustible microbianas; similares a celdas de combustible químicas en los vehículos a hidrógeno. Allí, las reacciones químicas que se producen, gracias al metabolismo de los microorganismos al consumir los desechos de café, transfieren electrones hacia un electrodo y se produce una corriente eléctrica; tal como ocurre en cualquier otro tipo de batería.
La cantidad de electricidad que produce el nuevo sistema no es infinitamente grande, pero serviría por ejemplo para alimentar pequeños aparatos en una granja o pequeños sistemas de iluminación. Además, es posible construir apilamientos de estas celdas, conectando varias unidades individuales con el fin de alcanzar los voltajes necesarios en las aplicaciones deseadas.