Alexandra “ Alex ” Scott, hija de Liz y Jay Scott, nació en Manchester Connecticut el 18 de Enero de 1996. Poco tiempo después de haber cumplido su primer año, Alex fue diagnosticada con neuroblastoma, un tipo de cáncer que afecta únicamente a los niños. Su corta vida le dio la oportunidad de ayudar a otros y hacerse inmortal.
Como si la noticia del cáncer de Alex no fuera lo suficientemente dura, los doctores le informaron a Alex y a su familia que si lograba vencer al cáncer, las probabilidades de que pudiera volver a caminar eran muy bajas. Dos semanas después de los tratamientos, Alex logró mover ligeramente sus piernas.
Para su segundo cumpleaños, Alex podía gatear y lograba pararse gracias a unas muletas en sus piernas. Trabajó incesantemente para recuperar sus fuerzas y aprender a caminar, aumentando todavía más las esperanzas de la familia de que algún día se recuperaría por completo. desafortunadamente, los tumores cancerígenos empezaron a expandirse nuevamente, obligándola a recibir un trasplante de células madres en el año 2000 un día después de su cuarto cumpleaños.
Al salir del hospital, Alex le comentó a su madre que quería montar su propio stand de limonadas para recaudar todo el dinero posible y dárselos a los doctores para que ellos pudieran ayudar a los demás niños con cáncer, como lo hicieron con ella.
Manteniéndose fiel a su palabra, Alex dirigió su primer stand de limonadas gracias a la ayuda de su hermano mayor y recaudaron un total de $2000 dólares para la investigación.
Esta actividad se convirtió en una tradición anual que Alex y su familia siempre disfrutaron. La fama de Alex y su pequeño negocio fue creciendo hasta escucharse por todos los Estados Unidos, motivando a personas alrededor del mundo a construir sus propios stands de limonadas para ayudar a Alex con su misión.
En Agosto del 2004, Alex falleció a los ocho años, pero sabiendo que gracias a sus esfuerzos logró recaudar más de un millón de dólares para financiar la búsqueda para la enfermedad que tuvo durante toda su vida. Su legado no terminoo allí, pues la familia de Alex, incluidos sus tres hermanos, decidieron crear la Fundación “Alex’s Lemonade Stand.”
La misión de Alex’s Lemonade Stand sigue siendo la misma que la que tenía Alex, recaudar fondos y concientizar a las personas acerca del cáncer infantil, sus causas y cómo pueden ayudar a las investigaciones para nuevos tratamientos y curas. De igual forma, la fundación Alex’s Lemonade Stand tiene como objetivo entusiasmar a los niños y personas alrededor del mundo a involucrarse y hacer una diferencia, sin importar qué tan pequeña sea su ayuda.
Desde que el primer stand de limonada de Alex fue construido, Alex’s Lemonade Stand ha recaudado más de $75 millones de dólares que han sido destinados para financiar más de 375 proyectos de investigación, crear un centro para ayudar a las familias de los niños con cáncer y para desarrollar recursos para ayudar a las personas afectadas alrededor del mundo por cáncer infantil.
La enseñanza que Alex dejó es muy simple pero profunda, “Si la vida te da limones, haz limonada.”
¿Es el marketing de sentimientos una estrategia efectiva en la actualidad?
Información clave de nuestra historia:
- De acuerdo a cifras de la Unión Internacional contra el Cáncer, el cáncer en los niños es una enfermedad que, contrario a los adultos, es curable en un 85% de los casos.
- El marketing de sentimientos es una estrategia de marketing en la cual la marca, imagen o empresa apela a los sentimientos del consumidor para invitarlo a probar sus productos, servicios o para apoyar su causa. Estas estrategias son comúnmente utilizadas por las ONG y fundaciones para llamar la atención de las personas y dar a conocer su causa, dejando un impacto lo suficientemente grande como para que quieran ayudar, así sea de la menor manera posible.
- El marketing de sentimientos suele ser realmente efectivo porque son muy pocas las personas que no se ven afectadas por el mismo, debido a que el ser humano tiene una reacción involuntaria que lo hace olvidar los precios y parámetros por el simple deseo de ayudar. Además, el marketing de sentimiento no requiere de mucho esfuerzo por parte del marketer, sin mencionar que esto motiva al receptor a formar parte de la solución y aumenta la influencia de las marcas porque demuestra que esta se encuentra interesada en ayudar a la comunidad y a la causa en cuestión.