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Entelequia, productos biodegradables con impacto ecológico

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Mientras Elizabeth Nava cursaba estudio de Mercadotecnia en el Tecnológico de Monterrey; se dio cuenta de que su universidad podía avanzar más en responsabilidad ambiental. Entre otras ideas, pensó que era posible reemplazar los envases de poliestireno expandido (anime) por productos biodegradables. Por eso, presentó una queja a las autoridades universitarias quienes le pidieron que realizara una propuesta para resolver el problema. Así, sin querer, esta joven daría vida a Entelequia, una empresa comercializadora de productos biodegradables.

Entelequia, productos biodegradables con impacto ecológico

Aunque su idea era hacer una consultora ambiental, el interés de Elizabeth creció tanto; que empezó a asistir a foros o conferencias relacionadas con cuestiones ecológicas y empresariales. Con lo cual, sin darse cuenta, comenzó a construir la base de una nueva empresa.

Inicialmente, comenzó a hacer alianzas con proyectos que se encargaban de recopilar papel; pero como el director de la incubadora de su universidad la vio tan animada y decidida, le asignó un mentor gratis para ayudarla a impulsar su idea. Entonces, creó a Entelequia; que inició como una comercializadora de productos elaborados a través de líneas de maquila en China, Estados Unidos y México. Sin embargo, más adelante, ha incorporado a su servicio la transformación en la impresión y en el tipo de empaque, contando ya con un catálogo de más de 150 productos, elaborados de diferentes productos como paja de trigo, caña de azúcar, polímero a base de plantas, fécula de maíz o papel reciclado. Entre los que destacan los pitillos, vasos para bebidas calientes y frías, recipientes para comida resistente al microondas y aros de plástico para los six-pack de bebidas.

Todos ellos, con la ventaja de que a diferencia del unicel que tiene un promedio de uso de cinco minutos y tarda de 100 a 1,000 años en reintegrarse al ambiente, los empaques de Entelequia tardan de 90 a 300 días en desintegrarse y también pueden ser reintegrados en agua o tierra.

Por cierto:

El nombre de Entelequia de esta empresa deriva de la corriente filosófica aristotélica del mismo nombre, que significa que el fin está en sí mismo.

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