Las adolescentes nigerianas, Promise Nnalue, Jessica Osita, Nwabuaku Ossai, Adaeze Onuigbo y Vivian Okoye,;que tienen entre 14 y 15 años de edad, han perdido familiares y amigos; luego de que éstos han sido tratados con medicamentos falsos. Por eso, buscaron la manera de idear un mecanismo que ayudara a detectar medicamentos alterados. Así nació FD-Detector.
¿Cuál es la historia de FD-Detector?
Nigeria, es el mayor mercado de medicamentos falsificados de toda África, que representan el 40 % del total de importaciones;en su mayoría procedentes de India y China. Situación que afecta frecuentemente, a la región de Onitsha, de donde provienen estas adolescentes.
Por eso, las niñas idearon esta app con la asesoría y apoyo de Uchenna Onwuaegbu-Ugwu, un miembro de Mandela Washington que fundó un Centro STEM centrado en la implementación de la educación STEM en escuelas para niños y jóvenes de 3 a 18 años, especialmente niñas en comunidades rurales en el este de Nigeria.
Durante meses, las jóvenes fueron formadas en los campos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas; y, finalmente pudieron crear esta aplicación móvil, que, tras cruzar la información recogida en el código de barras de un medicamento con una base de datos, genera una alerta de veracidad y especifica su fecha de caducidad. De esa forma, el programa es capaz de detectar al instante medicamentos alterados, y con ello, salvar vidas.
FD-Detector, triunfa en Technovation
En mayo, FD-Detector, fue presentada en la capital de Nigeria, Abuya; durante el concurso regional del programa “Technovation”, el programa de emprendimiento tecnológico más grande del mundo para niñas de 10 a 18 años; donde resultaron ganadoras.Representando entonces a África, este agosto, las niñas participaron en una competencia para adolescentes empresarios tecnológicos celebrada en Silicon Valley de San Francisco, donde obtuvieron el primer premio; superando a oponentes de 12 países, incluidos Estados Unidos, Rusia, Turquía, China y España.
Esta victoria ha traído reconocimiento internacional para el Instituto de Secundaria Regina Pacis Model -donde estudian las jóvenes- y es la demostración de que, pese a partir de una situación más desfavorecida que las estudiantes de otros países más prósperos, si a las adolescentes africanas se les da la oportunidad, son capaces de hacer grandes cosas.