En Estados Unidos, los restaurantes que alguna vez se enfrentaron a los despidos generalizados inducidos por la pandemia; ahora, a medida que los comensales regresan y el negocio comienza a recuperarse; están luchando por encontrar suficientes trabajadores para cubrir puestos. Una necesidad que ha llevado a muchos restaurantes a romper paradigmas en sus procesos de ascenso de personal; y a darles nuevas oportunidades a los empleados más jóvenes. Tal es el caso del joven Jason Cabrera.
Jason Cabrera, un gerente general de 19 años de edad
[caption id="attachment_51596" align="alignright" width="252"] Cortesía Dallasnews[/caption]
A finales de 2018, cuando cursaba sus últimos años de bachillerato; Jason Cabrera, de 16 años de edad; comenzó a trabajar en la sucursal de Allen (Texas) del restaurant de comida rápida, Layne's Chicken Fingers. Un empleo en el que se encargaba de poner mantequilla en las tostadas; y lavar platos por $ 9.25 la hora.
Sin embargo, tres años más tarde; gracias a la grave escasez de mano de obra y a su trayectoria en la empresa; ha sido nombrado por el director ejecutivo del restaurante como gerente general, teniendo bajo su responsabilidad 22 empleados cuyas edades oscilan entre los 16 y 21 años. Una experiencia que, como afirma, lo llevó a madurar rápidamente para asumir con propiedad su nuevo cargo.
[caption id="attachment_51597" align="alignleft" width="275"] Cortesía Yahoo.com[/caption]
Así, no solo ayuda con la preparación de las papas fritas y de la limonada característica de esta cadena de comida rápida; sino que interactúa con los clientes y se encarga de hacer el papeleo, que incluye el cálculo de costos de mano de obra, el inventario y un recuento de las ventas y los tiempos de tránsito. Información que comparte de tú a tú con otros gerentes de mayor edad, en las reuniones corporativas a las que ahora asiste.
Una experiencia exitosa que ha impulsado a Garrett Reed, CEO de Layne, a repetirla en otras dos sucursales y a aumentar los salarios de los gerentes de turno en un 17% a $ 14; y que está permitiendo a Jason ahorrar parte de su salario anual de $ 50,000 para comprar una casa a sus padres y eventualmente abrir su propia franquicia de Layne.
¿Podrían estos atractivos salarios disuadir a los adolescentes estadounidenses de continuar sus estudios a nivel universitario?
POR CIERTO
Según afirma el profesor de economía del Dallas College, Carlos Martínez, la única vía que tienen las empresas de comida rápida para sobrevivir en la economía pospandémica, será innovar y competir por la mano de obra joven de la que tanto se han beneficiado.