Una de las claves del éxito más importante en los emprendimientos es amar lo que se hace, algo que muy pocas personas llegan a hacer en sus vidas porque nunca logran descubrir qué es lo que verdaderamente aman o cómo convertirlo en un emprendimiento. Pero a veces el amor por una actividad y la manera de convertirlo en un emprendimiento llegan a nuestras vidas de manera inesperada.
Valentina Brando, diseñadora gráfica venezolana, se encontraba ejerciendo su profesión de la manera tradicional hasta que un día como cualquier otro, ella y sus amigas decidieron asistir a un curso para aprender a preparar bombones de chocolate.
Para su sorpresa, Valentina se enamoró de todo el proceso detrás de la preparación del chocolate y los bombones, después de todo, vive en Venezuela, el país con uno de los mejores cacaos del mundo.
Al finalizar todos los cursos que encontró y sentirse lo suficientemente segura de sus conocimientos en cuanto al procesamiento del chocolate, Valentina decidió dar un paso más allá y emprender en un negocio que combinará su pasión por el diseño gráfico y su nuevo amor por el chocolate.
Fue así como nació Kucú Bombón, un espacio en el cual la unión del diseño gráfico y la chocolatería le dan vida a toda una gama de sabores y atractivos diseños de presentación en cada uno de los productos.
Desde el comienzo de Kucú Bombón, este sólo contaba con Valentina y dos empleados, quienes trabajaban sin cesar para cumplir con la creciente cantidad de pedidos. Cada uno de los materiales y herramientas fueron financiados por Valentina, quien poco a poco presenció cómo su pequeño negocio iba creciendo y demostraba su rentabilidad.
A diferencia de las demás chocolaterías, Valentina se ha asegurado que Kucú Bombón no sea simplemente un negocio, sino un lugar al cual las personas pueden acudir para obtener regalos y chocolates especiales y específicamente personalizados para la ocasión que tendrán.
Actualmente, Valentina tiene como meta obtener un local en el cual Kucú Bombón pueda seguir creciendo y expandir cada vez más su alcance a nivel nacional para hacerles sentir a las personas el mismo placer que ella sintió al probar su primer bombón de chocolate.
¿Pueden los pequeños negocios competir con las grandes marcas utilizando la personalización de sus productos a su favor?
Información clave de nuestra historia:
- Actualmente, el chocolate más caro es el “Chocopologie” de Knipschildt, con un valor de $2.600 la libra.
- Una de las grandes desventajas de las grandes marcas, empresas y negocios es la dificultad de hacer sentir al cliente escuchado, que los productos que le ofrecen están preparados especialmente para él y que por su lealtad está siendo reconocido. Esto es algo que los pequeños negocios pueden hacer, ya que tienen una demanda menor y por ende una mayor libertad para aceptar pedidos sumamente personalizados y especiales.
- Es importante que cuando un pequeño negocio haya acostumbrado a sus clientes a ser escuchados y tratados con especialidad y el negocio se convierta en uno de mayor escala que el trato se mantengo igual o mejor, ya que este vendría siendo el núcleo del negocio, la razón por la cual ha adquirido tantos seguidores leales.
