El agua de lluvia es una de las cosas más puras y sanas que existen ¿por qué no aprovecharla para crear una marca que la promueva para diversos usos? Esta forma de aprovechar este recurso fue la idea que tuvieron un grupo de emprendedores vascos. Ha cautivado a personas incluso en Australia, y lleva por nombre Lluvia de Bilbao.
La idea de recoger agua de lluvia y venderla nació precisamente un día lluvioso. Gracias a un grupo de emprendedores, liderados por Charly Rodríguez y su esposa Rakel, al igual que por el publicista Sergio Almodóvar.
De este día comenzaron a surgir ideas: ¿qué se puede hacer para aprovecharla? ¿Cómo se puede hacer algo diferente? Poco a poco estas ideas comenzaron a aflorar. Finalmente, les pareció sumamente interesante recoger esa agua de lluvia y poderla obsequiar a otros, de manera de regalarles un trozo de Bilbao. Pero ¿Qué los lleva a emprender?
Llevar la Lluvia de Bilbao a la realidad
Pensaron en hacer un tipo de souvenir o algo similar, algo que la gente se pueda llevar como regalo para personas que viven fuera de allí. Si se quieren llevar un recuerdo del lugar, tienen la Lluvia de Bilbao.
Primero se intentó recoger el agua con baldes, pero se dieron cuenta que era muy difícil. La siguiente idea fue poner unos plásticos en el suelo y recogerla; también fue inútil. Luego vino la idea del paraguas, que realmente es un tendedero que se pinza en el suelo. Lo modificaron e invirtieron para ir recogiendo. La lluvia tiene que ser de lluvia suave, sin viento y que caiga verticalmente.
El proceso de la lluvia es muy bien pensado, no es tan sencillo. Se crearon herramientas que permiten tomar el agua y ésta no se contamine o dañe. La lluvia de Bilbao se toma directamente de laderas, montes, plazas y desde las calles más emblemáticas de la capital vizcaína.
Para poder llenar una botella duran entre 4 o 5 horas. Luego cada botellita tiene un número que el cliente puede colocar en internet y así ver el proceso de recogida de su botella de agua de lluvia Bilbao.
Algo artesanal
Una vez que tienen el agua recolectada, pasan a colocarla en unos hermosos frascos de vidrio. Estos son decorados con una sticker con el nombre del emprendimiento, una especie de pañoleta de tela y un gorrito. Una decoración artesanal, a mano, que le brinda un toque característico y muy cercano.
La idea tuvo una gran acogida. Incluso personas desde Australia y Estados Unidos, han encargado el producto. Esto se debe a que tiene muchísimos usos. Se puede tomar, preparar comida con ella, para bodas, comuniones.
De esta forma muchas personas pueden llevar la lluvia de Bilbao a cualquier lugar, en cualquier momento del año. Un producto sencillo, pero con un alto poder sentimental y local.