La colombiana Mónica Palmera, madre de tres hijos, tenía una vida agradable en el norte de Colombia en Magdalena hasta que un grupo de hombres armados entraron a su hogar y la amenazaron a muerte a ella y a sus tres hijos pequeños, quienes no dudaron en huir rápidamente del lugar hasta refugiarse en Barranquilla. Sólo formarse y emprender podrían darle una nueva vida
A pesar de haber salido intactos de la terrible experiencia, Mónica y sus hijos ahora no tenían qué comer y sólo tenían un colchón que cabía en un pequeño hogar indecente, en un abrir y cerrar de ojos lo habían perdido todo. Al ver su situación y no poder soportar la tristeza de sus hijos, Mónica supo que no podía esperar la caridad pública o la ayuda del Estado para las personas desplazadas, ella misma se las ingenió para construir un futuro para su familia.
Mónica tenía una nueva misión, conservar la dignidad y el nombre de ella y su familia para que sus hijos se sintieran orgullosos de tenerla como madre, la admiraran y quisieran seguir sus pasos. Así fue como Mónica empezó a trabajar vendiendo productos hechos en casa, cocinando y trabajando en casas de familia prácticamente sin cesar.
Con el tiempo, los ahorros de Mónica fueron incrementándose poco a poco hasta que el Centro de Oportunidades de Barranquilla, apoyado por el Gobierno Local, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el sector privado de la zona, le ofrecieron a ella la oportunidad de dejar de ser una mujer desplazada y a convertirse en una madre emprendedora.
Mónica aprendió acerca del desarrollo económico incluyente, fue orientada a oportunidades de generación de ingresos y empleo y vio sus capacidades productivas potenciadas a través de la empleabilidad y el emprendimiento.
Gracias a que el Centro de Oportunidades de Barranquilla le abría las puertas a Mónica para obtener un préstamo bancario, ella decidió apostar en favor a su futuro y comenzó a construir “Obleas Tatty”, un pequeño puesto móvil de obleas en un centro comercial de Barranquilla, donde según Mónica se venden las mejores obleas de Latinoamérica.
Cuando las personas le preguntaban a Mónica por qué decía que eran las mejores obleas de Latinoamérica, ella les comentaba que era gracias a que estas obleas son su proyecto de vida y cuando uno se apasiona y se propone a hacer un proyecto exitoso, no hay nada que pueda detenerte.
Y así fue, ya que con el pasar del tiempo el negocio fue creciendo hasta el punto en el que Mónica cuenta con un hogar digno, un puesto de ventas más grande e incluso una pequeña fábrica de obleas que exporta hasta a las afueras de Colombia.
¿Es una apuesta necesaria el invertir en programas y proyectos de apoyo para la salida de la pobreza?
Información clave de nuestra historia:
- En solo Colombia, 54.447 personas han sido asesoradas en los centros de búsqueda de empleo digno y de emprendimiento desde el año 2010 hasta Abril de 2014.
- Cuando a una persona se le enseña a hacer realidad sus sueños y proyectos y se les otorgan las herramientas, al menos los conocimientos necesarios para impulsar sus ideas, esta persona se vuelve capaz de trabajar por su propia cuenta, crecer de manera profesional y económica a través del emprendimiento y finalmente, con trabajo arduo y dedicación, dejando la pobreza en el pasado y dirigiéndose a un futuro brillante de emprendimiento.