A pesar de los riesgos que, en muchas partes del mundo, implica ser un defensor de los derechos humanos; hay personas que con valentía deciden arriesgar hasta su propia vida y libertades con tal de defender a los más débiles. Tal es el caso de Nasrin Sotoudeh; la abogada iraní, recientemente condenada a 33 años de prisión y 148 latigazos.
Nasrin Sotoudeh, la valiente defensora de Derechos Humanos condenada a 33 años de prisión.
Nasrin es una mujer iraní, de 55 años de edad, destacada abogada y activista pro derechos humanos. Esmuy conocida por su defensa de activistas de derechos humanos, militantes feministas, niños maltratados; y menores amenazados por sentencias de muerte.
Entre sus casos más notorios, pueden mencionarse el de la premio Nobel de la paz de 2003, Shirín Ebadí, el periodista reformista Isá Saharjiz; o el dirigente del prohibido Frente Democrático, Heshmat Tabarzadí.
Nasrin es madre de dos hijos con su esposo Reza Jandán. Estudió Derecho en la Universidad Shahid Beheshtí de Teherán y, tras obtener una maestría en Derecho Internacional, aprobó el examen de ingreso en el Colegio de Abogados. Sin embargo, las autoridades demoraron la entrega de su permiso para el ejercicio de la abogacía durante ocho años. Eso sería un preámbulo de lo difícil que resulta para una mujer, en Irán, ejercer la abogacía.
Arriesgada defensora de los Derechos Humanos
A pesar de los obstáculos, nunca se ha amilanado ni ha dejado de cumplir con lo que considera su legítimo derecho y función. Por eso, a mediados de la década de 90, Nasrín se dedicó a elaborar y distribuir un folleto informativo sobre los derechos de los detenidos; buscando con ello, frenar la persecución de la que eran objeto, intelectuales y activistas políticos, de manos de las autoridades. Así se inició en la defensa de perseguidos políticos.
Irónicamente, ella terminó siendo objeto de persecución política, lo que ha suscitado protestas de diversos organismos y personalidades internacionales. De los que ha recibido diversos premios en reconocimiento a su labor en defensa de los derechos humanos. Estuvo detenida en dos ocasiones, por un total de 7 años, acusada de hacer “propaganda contra el Estado”; “confabulación con fin de atentar contra la seguridad nacional”; espionaje y desacato al Líder supremo de Irán, Alí Jamenel.
El 6 de marzo de 2019 fue condenada in absentia, acusada de avivar la "corrupción y la prostitución"; por su defensa a las mujeres que protestaban contra el velo obligatorio en Irán. El 12 de marzo de 2019, fue condenada a prisión en Teherán, tras haber sido acusada de varios delitos relacionados con la seguridad nacional; a 38 años de prisión y 148 latigazos.
Actualmente, Amnistía Internacional inició una campaña urgente para reclamar su liberación, considerando que se trata de una presa de conciencia, en riesgo de sufrir torturas y malos tratos. Asimismo, otras organizaciones de defensa de los derechos humanos y colectivos de abogados y personalidades de distintos países se han manifestado para reclamar su liberación.