Los franceses Romain Delaume y Bastien Goullard, se conocieron en 2007 en una escuela de negocios de Lille (norte de Francia). Allí se especializaron en finanzas y comunicación. El primero, se adentró en el mundo financiero; y el segundo, en el de la auditoría. Pero en septiembre de 2015, con 29 y 28 años respectivamente, decidieron dejarlo todo e invertir sus ahorros en un proyecto; al cual bautizaron con el nombre del mosquetero más famoso: Dartagnans.
Con Dartagnans, los emprendedores franceses preservan el patrimonio cultural francés a través del Crowdfunding
Romain y Bastien crearon, Dartagnans; la primera plataforma de crowdfunding destinada a preservar el patrimonio cultural francés; contribuyendo a modernizar su imagen y a disfrutarlo de otra manera.
Con Dartagnans, han puesto en marcha cerca de 200 proyectos y recaudado cinco millones de euros. Además, han conformado una comunidad de mas de 120 mil personas de 125 nacionalidades; quienes activamente contribuyen y disfrutan la experiencia, democratizando el acceso a estas instalaciones.
Romain y Bastien se inspiraron en el National Trust; un modelo de preservación de monumentos, que surgió a finales del siglo XIX en Reino Unido. Hoy, más de cinco millones de británicos donan alrededor de 100 libras anuales; lo que permite mantener más de 600 edificios con valor histórico.
El año pasado, Dartagnans se propuso restaurar el castillo en ruinas de Mothe-Chandeniers; situado en Vienne, en la ribera del Loira. El objetivo era recaudar 500.000 euros, pero lograron más de 2 millones de euros y una comunidad de cerca de 28 mil personas, que se han convertido en copropietarias del edificio, además de haber acrecentado el patrimonio original haber comprado los terrenos adyacentes al castillo.
La aportación mínima para hacerse copropietario del Castillo de Mothe-Chandeniers fue de 50 euros, lo que permitió, según el cofundador, “una participación sin distinción de clase”.
En junio de este año realizaron las primeras visitas guiadas alrededor del edificio, y en septiembre arrancan las obras de conservación.
“El patrimonio es el petróleo de Francia, pero los poderes públicos le dedican cada vez menos dinero, y con la crisis, es el primer sector en verse afectado…“Pero en vez de criticar al Estado por lo que no hace, creíamos que era el momento de que los ciudadanos también nos hiciéramos cargo”, afirma Romain Delaume.
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