Cada año, los altos niveles de contaminación en el aire causan 7 millones de fallecimientos en el planeta. Por ello, la peruana Mónica Abarca se planteó: ¿por qué no emplear los drones (vehículos aéreos no tripulados) para medir la contaminación ambiental? Así nació QAira.
QAIRA, hacia la democratización de la calidad del aire
El proyecto nació en el año 2013 como una tesis de pregrado en la Pontificia Universidad Católica del Perú PUCP. Época en la que, los drones adquirían cada vez más presencia en el mercado; pero sus aplicaciones estaban orientadas a la fotografía y grabación de video.
Junto a sus asesores, la futura ingeniera en mecatrónica Mónica Abarca encontró una nueva aplicación para los drones. Entonces, diseñó uno, especialmente preparado para medir la calidad del aire; capaz de volar a 5 mil metros por sobre el nivel del mar; soportar condiciones climáticas extremas y contar con conexión a internet.
https://www.youtube.com/watch?v=BW3VsZ4QAzw
Historia
Su primer prototipo pesaba 3 kilos y medio y era capaz de medir hasta cinco contaminantes: ozono, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y sulfuro de hidrógeno. La idea inicial del proyecto era brindarles una solución a industrias extractivas, pues, gracias sus drones, el sector minero puede monitorear la calidad del aire tanto para sus trabajadores como para las poblaciones aledañas a las zonas de extracción.
Cuenta Abarca, “encontramos que no existía un monitoreo eficiente de los contaminantes. Si bien las mineras están obligadas a construir estaciones fijas de monitoreo, estas solo pueden medir hasta una altura de 15 metros. Con el dron se puede llegar a medir hasta a 100 metros de altura y cubrir un área más amplia”.
qAira le valió a Mónica Abarca el primer lugar en la Competencia de Impacto Global de Singularity University (SU) en 2015, el think tank de vanguardia tecnológica con más reputación de los Estados Unidos que fue fundado en Silicon Valley el 2008 y tiene sede en la NASA Research Park; fue la primera vez en que representantes del Perú participaron en la competencia.
Junto al premio, Abarca recibió una beca para estudiar en Singularity University, en Silicon Valley, California, donde aprendió sobre sobre tecnologías exponenciales; en 2017 fue seleccionada para representar a su país en el Seedstar Summit, en el que fue galardonada como la mejor mujer emprendedora; y, ahora, trabaja junto a un equipo multidisciplinario que, además de determinar nuevos usos para sus drones, tiene por meta conseguir la democratización de la calidad del aire.
REDES
http://www.qairadrones.com/index.php
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