Sarah Collins, emprendedora surafricana, ha pasado toda su vida interesada en el desarrollo social junto a una inmensa pasión por la conservación y el cuidado del medio ambiente. Tras haber pasado diez años en una comunidad basada en el turismo en el Okavango Delta, Botsuana, ella decidió regresar a Suráfrica a principios del año 2000.
Al llegar a Suráfrica, Sarah se dio cuenta que los proyectos que buscaban la reducción de la pobreza eran la clave para conservación de las bases en África. Luego de pasar cinco años junto a varias organizaciones como LoveLife, Sarah logró implementar un programa de liderazgo juvenil ambiental conocido como “Take Back The Future” cuya misión es recuperar, proteger y conservar los espacios verdes de Suráfrica.
Fue en el año 2008 cuando Sarah empezó a experimentar los constantes cortes de electricidad que sufre Suráfrica prácticamente a diario, lo cual la frustraba mucho debido a que más de una vez tuvo que comerse sus platos a medio cocinar. Esta misma frustración la hizo recordar cómo su abuela solía rodear las ollas con cojines o pañitos para mantener el calor después haber apagado la estufa. Con esta idea en mente se dispuso a innovar.
Sarah pensaba en las millones de familias en países en desarrollo que cocinan quemando querosén, parafina o madera, en cómo estas estufas y fuegos contaminan el ambiente y llenan los hogares enteros de humo dificultando la respiración de los habitantes, así como en los cientos de incendios ocasionados por estas mismas estufas. Finalmente Sarah tenía una solución en sus manos
Sarah contactó a su vieja amiga Moshy Mathe, quien le hizo el favor de tejer un prototipo de lo que Sarah procedió a llamar The Wonderbag, la nueva herramienta para la cocina en países en desarrollo. Una vez finalizado el prototipo, Sarah los puso a prueba en varios laboratorios, donde descubrieron que la comida cocinada que era calentada en la olla hasta el punto de cocción por varios minutos en la estufa y luego era colocada en la Wonderbag seguían siendo cocinadas y se mantenían calientes hasta por doce horas.
Desde el año 2008, la Wonderbag ha sido la pasión y motivo de inspiración de Sarah. Tras cinco años de ensayo y error y pura determinación, Sarah logró convertir a la Wonderbag en lo que es hoy, la opción número uno para cocinar que reduce los gastos familiares, elimina los riesgos de incendios, contaminación y enfermedades generadas por las cocinas tradicionales. Hasta la fecha llevan vendidas cerca de 700 mil bolsas maravilla.
La Fundación se basa en la estrategia de por cada Wonderbag vendida se dona otra a una familia África, buscan introducir Wonderbag donados a comunidades de toda África con el lema “Un pueblo, una comunidad a la vez”.
¿Pueden los emprendedores tomar viejas tradiciones y herramientas y actualizarlas para las necesidades del siglo XXI?
Información clave de nuestra historia:
- Los hornos más antiguos fueron encontrados en Europa Central y se remontan hasta el 29.000 A.C., estos eran utilizados por los humanos de la época para rostizar y hervir trozos de carne de mamut.
- El evolucionar es parte de la naturaleza y el adaptarse es una de las especialidades del ser humano, por lo cual no es de extrañarse que el hombre este constantemente alterando sus alrededores para sentirse cada vez más comodo, en especial si este cambio puede significar una oportunidad de negocio o que pueda iniciar un cambio para mejor alrededor del mundo.
- Como todas las cosas, las herramientas y tradiciones llegan a verse desactualizadas con el tiempo, es por ello que cada cierto tiempo están deben ser revisadas y analizadas y buscar una manera de optimizarlas para las necesidades de hoy. De hecho, las personas suelen modificar sus tradiciones paulatinamente y sin si quiera darse cuenta, ya que con pequeños cambios cada cierto tiempo la tradición llega a un punto en el que parece ser una completamente nueva pero que, sin duda alguna, cubre todas las necesidades actuales.