Como evidencia de su compromiso con la igualdad de género en el ámbito laboral; la argentina Mariela Dabbah, radicada en Nueva York; lanzó en 2012 una iniciativa para acompañar el lanzamiento de su libro, “Poder de Mujer”. Se trata de la propuesta de que cada martes las mujeres fueran a trabajar con zapatos rojos; en señal de su apoyo al desarrollo de la carrera de otras mujeres y la igualdad de oportunidades. Así nació “The Red Shoe Movement”.
Zapatos rojos, el movimiento que quiere cambiar el rol de la mujer
Este movimiento nació con la idea de que, el uso cada martes zapatos rojos o prendas rojas, sirviera de recordatorio visual, mantuviera activa la conversación de los beneficios de tener mayor diversidad en niveles jerárquicos, y permitiera continuar explorando cómo ir ajustando la cultura en las organizaciones y fuera de ellas para que se aprovechen los estilos de liderazgo complementarios de la mujer y del hombre.
Fue impulsado como una manera de buscar la equidad de género respetando el estilo personal y las características de cada individuo y cada género; y beneficiar con la complementariedad de los estilos la sustentabilidad de las organizaciones y la sociedad.
Una idea que se convirtió en una verdadera empresa de desarrollo de liderazgo centrada en mujeres multiculturales. Que tiene por misión, ayudar a aumentar la representación femenina en los niveles más altos de toma de decisiones.
Con una metodología patentada, los Círculos del Movimiento Zapatos Rojos; proporcionan capacitación y recursos durante todo el año para ayudar a las mujeres a hacerse cargo de su propio desarrollo profesional y liderazgo; con una metodología propia de automotivación y apoyo mutuo. Potenciada por un movimiento de mujeres que se apoya mutuamente para el crecimiento profesional, y al que se pertenece sin necesidad de cancelar ninguna tarifa para registrarse y para recibir contenido destacado e invitaciones a seminarios web y eventos.
Un movimiento al que se han sumado miles de mujeres, teniendo representantes en 145 países; y hasta hombres que, cada martes, usan una corbata para dejar en claro que ellos también apoyan el crecimiento laboral de las mujeres.
¿Logrará este tipo de movimientos modificar la cultura organizacional que de manera inadvertida premia conductas masculinas como la competitividad, y el estar disponible 24 horas, siete días a la semana?
POR CIERTO
Mariela considera que el problema que más afecta a la mujer y sus oportunidades de crecimiento es la doble carga de trabajar a tiempo completo y ser la responsable de la familia. Una realidad que, como afirma: debe cambiarse y que exige renegociar los roles en casa. Nadie puede hacer todo al mismo tiempo. Necesitamos aliados y delegar responsabilidades de las que no hace falta que nos ocupemos”